Jesús Monzón, el cerebro de la 'Operación Reconquista', está en Madrid escondido, pero pocos meses después es reclamado por su propio Partido Comunista en Francia, con la sospecha de que podía pagar las consecuencias de su fracaso. 

"Le llaman, como llaman a muchos mandos del maquis, y varios de ellos en ese viaje a Francia desaparecieron en los Pirineos. Ahora se sabe que varios de ellos fueron ejecutados", explica el biógrafo de Monzón, Manuel Martorell.   

Fernando Hernández Sánchez, doctor en Historia Contemporánea, señala en el vídeo sobre estas líneas que antes de llegar a la frontera, Monzón es detenido en Barcelona por la policía franquista: "Probablemente, si hubiera pasado la frontera francesa, habría sido purgado, habría sido liquidado", afirma. 

Monzón, encarcelado por Franco, fue repudiado por la dirección de un Partido Comunista, que en ese momento está dispersa por medio mundo. Sólo habían pasado unos meses del fracaso en el valle de Arán y Monzón es acusado por los suyos de pecados tan graves como comer tortilla de patatas o ir al cine. 

"Fundamentalmente se dedicaron a acusarle de haber sido un agente de los servicios de inteligencia británicos, de haber actuado a favor de los intereses aliados y no de los intereses de la clase trabajadora", apunta Hernández, a lo que Martorell añade que "incluso se le acusa de haber tenido experiencias homosexuales, de comprar bombones, de beber champán". 

"¡Es que era pequeño burgués porque le gustaban las almejas! Oiga no, mire usted, a todos nos gusta", recuerda su sobrino nieto Fernando Gómez.