En 1962, con las huelgas obreras en lo más alto, Franco decidió montar una campaña para mostrar músculo, acompañado de adictos al régimen y, de paso, denunciar una conjura internacional: el contubernio de Múnich. La oposición al régimen, conservadores incluidos, se había reunido en esta ciudad alemana para pedir democracia. 

Franco respondió y, explica el periodista Luis María Ansón, "se organizó un tinglado monumental de los medios de comunicación con enorme hostilidad hasta el punto de que trajo consigo el exilio, la deportación de muchos de los líderes políticos que estuvieron allí". Ansón trabajaba en ABC por aquel entonces y apoyó a las familias de los represaliados por asistir al encuentro de Múnich: "Fue una escabechina terrible, hasta el punto de que hubo muchas familias que no tenían dinero suficiente para comer", recuerda Ansón en el vídeo sobre estas líneas.

Con la oposición rearmándose y algunas calles ardiendo, la dictadura creó el Tribunal de Orden Público, que llegó a procesar a Ansón. Su delito fue escribir una diminuta reseña sobre un libro crítico con el dictador: "Me pidieron seis años de cárcel por media columna en ABC, firmada con iniciales, sobre un libro en el que se hacía alusiones despectivas a Franco", afirma.