Fue acabar los años 60 y descubrir que en las paredes de nuestras casas pasaban cosas raras. Aparecieron las 'caras de Bélmez' y, sobre el yeso, extraños seres animados con la llegada de el Cinexin a España. Los niños empezaron a soñar con ser directores, algo que Adolfo Suárez consiguió cuando llegó a la Dirección General de RTVE, su enorme Cinexin.

Suárez se dispuso a proyectar una imagen idílica del entonces príncipe Juan Carlos y popularizar tanto su figura como la de doña Sofía. "Cuando a don Juan Carlos le nombraron príncipe de España era un glorioso desconocido para el conjunto de la sociedad española", explica el periodista Fernando Ónga, quien detalla que "si hablamos de popularidad, estaría en un 10%".