El héroe político de la movida era un viejo profesor y militante antifranquista: Enrique Tierno Galván. Acabó integrado en el Partido Socialista de Felipe González y ganó la alcaldía de Madrid en 1979.

A partir de ahí, Tierno Galván se transformó en leyenda que entendía muy bien la cultura de la calle y que sabía que "para ganarse a la juventud tenía que ser amable y comportarse como ellos", como explica Jesús Ordovás, impulsor de varios grupos de La Movida.

El alcalde alentó La Movida a golpe de bebida espirituosa y de eslóganes pegadizos como "rockeros, el que no esté colocado que se coloque y al loro".

Joaquín Leguina asegura que Tierno tenía "mucho más sentido del humor de lo que la gente creía y además era mucho más culto que lo que la gente sabía".

El periodista musical Víctor Lerone explica por qué el exalcalde actuó de esta manera: "Él llegó a la alcaldía en un momento de mucha crispación callejera, tanto por ETA como por la extrema violencia de los grupos de ultraderecha. Entonces alguien de su equipo se dio cuenta de que tenían que ganar la calle convirtiéndola de un lugar político en uno de ocio. Y les salió muy bien".