En un mundo en el que ya no bajamos a mano ni las persianas, emitimos gases de efecto invernadero por defecto. Incluso con las acciones más arraigadas en nuestro sistema productivo, como mandar un email.
Pongamos como ejemplo a Marcos: él trabaja en una oficina. Cada email que envía o que le han enviado libera el equivalente a cuatro gramos de CO2 a la atmósfera. Si además lleva un archivo adjunto, como un correo a su padre con la última foto del nieto, contamina 12 veces más.
Al final de la jornada, los emails de Marcos generan gases de efecto invernadero equivalentes a 589 gramos de CO2. En un año laboral son 147 kilos. Más o menos, como si Marcos hubiera viajado de Madrid a Zaragoza en su coche de combustión.
Relación "simbiótica"
El negocio de 1.500 millones de euros detrás del 'buen rollo' entre Elon Musk y Meloni: "Es una infraestructura crítica"
"Tienen una relación simbiótica, él le ofrece algo que ella no podría comprar y, a cambio, Musk expande su infraestructura", comenta la periodista Marta Peirano en este vídeo donde analiza la buena relación entre Musk y Giorgia Meloni.