Donald Trump, Boris Johnson o Jair Bolsonaro. Son los tres presidentes de gobiernos que negaron la evidente importancia del coronavirus y que después se han contagiado de él. El presidente de Estados Unidos ha pasado por el hospital y ha desinfectado su casa, dejándola más blanca que nunca.
Por su parte, los mandatarios de Reino Unido y Brasil también acudieron a la medicina convencional. "Estos líderes, cuando se han puesto malos, han recurrido a la medicina convencional, que es la que tiene seguridades para poder curarte", ha señalado en laSexta Columna Guillermo Fouce, doctor en psicología.
No son los únicos que se benefician de la medicina convencional. Los antivacunas que han puesto en cuestión la existencia de la Covid-19, también han recurrido a ella cuando se han infectado. "Los negacionistas son personas vacunadas, pero le niegan la vacuna a sus hijos. ¿Qué lleva a alguien a negar lo que está viendo? Una falta de solidaridad tremenda", ha criticado Carmen Álvarez-Domínguez, investigadora en Inmunoterapia en la Universidad Internacional de La Rioja.
Esta situación ha sorprendido a algunos expertos sanitarios, como Roi Piñeiro, pediatra y secretario de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica: "Pensaba que, con la llegada de una pandemia, iba a desaparecer la vacunafobia y los antivacunas, pero todo lo contrario. Está repuntando y nos estamos yendo a extremos más cercas de la paranoia y la conspiración".
Piñeiro atiende en su consulta a familias que no quieren vacunar a sus hijos. Casi siempre las convence para que lo hagan. "Muchos creen que pueden estar asociadas a casos de autismo. Esto es algo que incluso han negado las asociaciones de niños con trastornos del espectro autista", ha recordado Piñeiro, que añade: "Planteo la posibilidad de hablar con tiempo con estas familias e ir desmontando todos los bulos alrededor de la vacunación".
"Que nos pongamos todos las vacunas significa protegerse a uno mismo y al que tiene al lado", ha insistido Rafa Vilasanjuán, director de Análisis y Desarrollo Global del ISGlobal. En esta misma línea se ha expresado también África González, catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo: "Hay que proteger a nuestra sociedad. La vacuna no es solo un tema individual, también es colectivo".
Piñeiro propone que todas las personas que no creen en la vacuna ayuden en diversos hospitales durante la pandemia, y finaliza su intervención con una clara reflexión: "Si después de una semana siguen pensando que el virus es mentira y no existe, entonces hace falta una ayuda psiquiátrica".