Antes de ser cómplice de su madre Montserrat González en el asesinato de Isabel Carrasco, Triana Martínez aspiraba a que la presidenta de la Diputación de León le facilitara a dedo un puesto fijo. "Triana tiene una aspiración personal, que es convertirse en personal fijo de la propia institución, y el mejor camino que ve para ello es que se haga una oposición a medida", explica el periodista Javier Calvo en el vídeo sobre estas líneas.

"Cuando empieza a tener roces con Isabel Carrasco se saca la plaza, pero Triana no consigue esa plaza y ahí empezaron los problemas", apunta la periodista Susana Martín. Sin embargo, durante el juicio, Triana defendió que Isabel Carrasco cambió su actitud hacia ella después de acosarla sexualmente. "Hay una parte de rumorología, que alimenta la propia Triana", señala Calvo, que asegura que "a mí me lo han negado rotundamente".

Con la relación rota, comienza lo peor para Triana. "Llegó a perder 25 kilos y su madre contaba que tenía varias personas de su entorno que habían sufrido acosos similares, y que habían llegado a quitarse la vida y que tenía muchísimo miedo de que Triana decidiese quitarse la vida", explica Susana.

De este modo, Montserrat comienza a darle vueltas a una idea: "Sobre todo, la madre era un monotema contra Isabel, 'hay que frenarla, lo que nos está haciendo'", recuerda Ignacio Tejera, expresidente de la Federación Leonesa de Empresarios, que cuenta que "yo siempre lo entendía desde el punto de vista político, empresarial o económico. En ningún momento se me pasó por la cabeza pensar que el parar a Isabel pasaba por un asesinato".