En 1984, una España que se estaba modernizando y que tenía que asumir las consecuencias de tener más libertad, dejando atrás los métodos de una dictadura, se dio cuenta de que tenía que dar recursos a los que no tenían a qué aferrarse. 

"Hasta ese momento no existía el concepto de política social o existía un concepto bastante retrógrado del Franquismo de hacer pantanos y de hacer políticas para la fecundidad. Ahora se empieza a pensar en un estado del bienestar universalista para todos", explica Almudena Moreno, catedrática de Sociología en la Universidad de Valladolid. 

Un Estado con plazas escolares suficientes y ayudas al desempleo fue la manera de dejar atrás la España quinqui. "En un período de tiempo relativamente reducido se consiguió escolarizar a la mayoría de los niños y esto fue clave", apunta Moreno. "Lo más importante fue el empleo", considera por su parte el periodista Javier Valenzuela, para el que la entrada en la Unión Europea y la llegada de fondos europeos, traducido en ayudas sociales, "redunda en la seguridad ciudadana, cosa que la derecha nunca ha entendido". "Si la gente tiene algo para comer, la delincuencia baja", sentencia.