Con la Revolución de los Claveles desapareció la dictadura en Portugal. Sin embargo, en España tuvimos que esperar algo más. De hecho, José Ignacio Domínguez y Xosé Fortes, los militares de la Unión Militar Democrática que habían luchado para terminar con el régimen franquista, no pudieron volver al Ejército cuando llegó la democracia.
"Yo lo que pensaba es que cuando viniese la democracia yo volvería al ejército y cuando se empieza a discutir la ley de amnistía y se ve que no nos van a incluir yo no lo admití en absoluto", afirma José Ignacio en el vídeo sobre estas líneas, donde admite que "les llamé de todo, traidores. Se lo dije a Carrillo, a González...". En el caso de Xosé, opina que "si reintegrarnos ponía en riesgo el avance hacia la democracia no tenía sentido reintegrarnos".
A José Ignacio y Xosé el Ejército no los restituye hasta 1986, y sólo veinte años más tarde el Estado reconoció su papel. En 2010, con Carme Chacón como ministra de Defensa, recibieron la Cruz del Mérito que hoy sujeta con orgullo Xosé, aunque, aún entonces, otros miembros del Ejército les rechazaron. "Recibí como 80 correos electrónicos. Algunos no se entendían del cabreo", explica Xosé, que asegura que "algunos devolvieron las medallas". "Un general dijo 'yo no quiero compartir las medallas con estos traidores', y la tiró al suelo", recuerda José Ignacio.
Año 1995, punto de inflexión
30 años del asesinato de Gregorio Ordóñez: cuando ETA perdió el control de la calle con la socialización del sufrimiento
El contextoEn enero de 1995, en la parte vieja de San Sebastián, un terrorista de ETA disparó un tiro en la nuca a un político del partido popular. Era Gregorio Ordóñez. Tenía tan solo 36 años y era el teniente alcalde de la ciudad, y el favorito para convertirse en el próximo alcalde. ¿Por qué ETA le asesinó? ¿Quién fue el autor de ese disparo mortal?