La familia de Jorge formaba parte de la élite de Moscú, lo que le permitió vivir una infancia soviética de abundancia. En su colegio, cuenta, les daban "tapas de caviar" y tenían tele de color y coche, algo raro para la mayoría de la población de la URSS, que tenía que esperar años para hacerse con un coche.
Esta es solo una muestra de la escasez que vivía el país, donde, explica José Faraldo, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense, "tener cien amigos era mejor que tener cien rublos, porque si tenías un amigo en una fábrica de chocolate obtenías chocolate, como tú trabajabas en una fábrica de sillas le dabas sillas". Esta carestía dio incluso para las bromas del presidente de Estados Unidos Ronald Reagan cuando, a finales de los 80, Gorbachov quiso relajar tensiones para gastar menos en armas y más en alimentar a su población.
Jorge recuerda para laSexta Columna cómo vivió la apertura de la URSS a la economía de mercado: "Recuerdo más la apertura del primer McDonald´s que la caída del muro de Berlín", comenta en el vídeo sobre estas líneas, donde también repasa sus emociones al llegar a España en 1992, una época en la que "pasaron muchos años en los que iba a un supermercado como si fuera un museo".