La guerra de poder entre Gallardón y Aguirre en Caja Madrid acaba con Blesa. Es el momento de Rodrigo Rato. Cuando Rato llega a la presidencia de Caja Madrid hace dos jugadas decisivas para su quiebra. Primero, decide fusionarla con otras seis cajas, entre ellas Bancaja, una entidad de más que dudosa reputación.

Pero no parecía suficiente. Así que Rato lanza su segundo órdago: lleva a Bankia a la Bolsa. En plena crisis y con serias dudas sobre la solvencia de la entidad, ¿cómo consigue convencer a la gente para que compre acciones? 

Pero Rato insiste: todo es perfecto. El banquero llega a presentar las cuentas de Bankia en 2011. Hay 309 millones de beneficios.

Sólo 3 meses después, Bankia se hunde. Rato se va por la puerta de atrás. Y su sucesor reconoce que hay más de 3 mil millones de pérdidas.

Los jóvenes de 15MpaRato vivieron aquellos dos días con especial rabia. Tanta, que decidieron que había que hacer algo. Querían denunciar el caso ante la Audiencia Nacional pero sólo para cubrir los gastos mínimos del proceso necesitaban 17.000 euros. Hicieron un llamamiento a través de redes sociales a la población.

"En una hora teníamos 11.000 euros. Hubo tantas donaciones que en 3 horas ya los teníamos. Se cayeron los ordenadores por la avalancha de donaciones”, explica uno de los jóvenes de este colectivo. 

Rodrigo Rato y otros 32 cargos de Bankia están imputados ahora en la Audiencia Nacional  gracias a las querellas del 15mpaRato y el partido UPyD. Ambos consiguen también que les investiguen por el otro gran escándalo de la entidad: las preferentes.