El pasado 20 de abril tuvo lugar en las Islas Canarias una manifestación histórica en la que los ciudadanos pedían una solución al turismo masivo que acoge las islas y que está teniendo repercusión para los locales, como precariedad y consecuencias sobre el territorio y la naturaleza. En 2013, las islas recibieron más de 10 millones de visitantes, pero tan solo 10 años después han superado los 14 millones, es decir, hay seis turistas por habitante.

"Queremos un turismo con control", reclama la canaria Anne Striewe, directora general en Fundación Canarina; y aclara que no están en contra de los turistas, sino que solo son "críticos con el modelo" de turismo que se da ahora mismo en las islas.

A pesar de que en Canarias insisten en que no están en contra del turismo, muchas televisiones británicas se plantean si tienen que seguir dejándose sus libras en nuestro país. "¿Deberíamos gastar esa cantidad de dinero ahorrado en otros lugares?", reflexionaba una presentadora.

Por su parte, una experta sostiene que "Tenerife siempre ha sido conocido como un destino barato" y que, por eso mismo, la gente sigue yendo año tras año. "¿Por qué de pronto han decidido que no les gustamos?", se pregunta. "Si no quieren que bebamos cerveza barata, pues que suban los precios", espeta el presentador de un programa, dando la 'solución' al problema.

En este vídeo, Iván Cerdeña Molina, voluntario de ATAN y asistente a la manifestación del 20 de abril, recuerda que "lo que se quiere exactamente y lo que se reivindica es poner limites al turismo" porque los canarios viven "en un archipiélago, donde los límites están definidos por el mar". "¡No pueden crecer las islas!", muestra su desesperación.