El 10 de junio de 2003 estaba a punto de votarse la presidencia de la Asamblea de Madrid cuando los socialistas, mayoría en coalición con Izquierda Unida, piden un aplazamiento. Dos escaños vacíos, los de Tamayo y Sáez, dan la mayoría al PP. 

Las elecciones se repiten, Aguirre gana y gobierna. Es lo más cerca que ha estado la izquierda de gobernar la Comunidad de Madrid. Hace sólo unos meses, casi nadie tenía dudas, Tomás Gómez sería el candidato socialista para Madrid. Hasta el nuevo Secretario General le había dado su bendición pública, a pesar de que nunca se habían llevado bien.

El amor fingido empieza a torcerse con la operación Púnica, cuando la Guardia Civil registra el ayuntamiento de Parla por corrupción. José María Fraile, sucesor de Tomás Gómez como alcalde de municipio fue encarcelado y salió tras pagar su fianza. Tenía relación con Gómez desde la infancia.

Un examigo manchado y una sombra en su gestión en Parla, los sobrecostes del tranvía. Aquí, Pedro Sánchez ve su oportunidad para derribarle. Expulsan a Gómez, colocan a Simancas y llegan a cambiar las cerraduras de la sede. Sus argumentos en público: las encuestas y el tranvía.

Rafael Simancas es quien gestiona temporalmente el PSM tras la salida de Tomás Gómez. Finalmente, Ángel Gabilondo es el candidato del PSOE para la Comunidad de Madrid. 

El día en el que Gómez tuvo que irse recibió, un grupo de afiliados le mostró su respaldo. Siempre cerca, Antonio Miguel Carmona, candidato socialista a la alcaldía de Madrid. Cariño para su amigo Gómez y también para su nuevo compañero de Batalla. "Yo me sentía muy cómodo con Tomás Gómez y me puede sentir perfectamente cómo con Ángel Gabilondo", afirmaba Carmona. 

Sin primarias, la elección de Gabilondo se hace mediante asambleas de militantes. El método es novedoso, pero no hay sorpresas. El dedazo de Ferraz se confirma, Gabilondo es ratificado como el candidato. 

Un economista lleno de propuestas para el Ayuntamiento y un catedrático de metafísica para ganar la Comunidad. Carmona y Gabilondo tienen por delante el gran reto de los socialistas madrileños, acabar con más de 20 años de gobiernos populares en Madrid. ¿Lo lograrán?