"8:00 de la mañana. Primer servicio: Juan, persona dependiente con alzhéimer que vive con su esposa con movilidad reducida. Hay que asearle, afeitarle, vestirle, prepararle el desayuno y la medicación y bajarle al centro de día al que va. Vive en un segundo sin ascensor, hay que ayudarle a bajar y bajarle el andador. 7 minutos de desplazamiento al siguiente servicio...", así ha comenzado Concha Real a relatar cada uno de los cuatro servicios que, como trabajadora sociosanitaria, realiza en su día a día. En total, un sinfín de actividades que le impiden terminar hasta las 21:00 horas y cuyo salario no llega al SMI.
"Yo trabajo en el sistema de cuidados, soy sociosanitaria en atención domiciliaria y el convenio marco estatal de la dependencia tenía establecido 40 horas, pero es imposible de hacer", ha denunciado la trabajadora, que ha asegurado que en este sector se llega "destrozada a casa". "La mayoría de las cuidadoras en residencia y en atención domiciliaria no llegan a jubilarse a los 67 años porque están destrozadas por las dolencias que tienen o las incapacitan alrededor de los 55 con 500 euros", ha lamentado Real, que ha denunciado la realidad del sector: "Una de las mejoras que hubo fue la rebaja de la jornada laboral, el problema que tenemos nosotras no es que trabajemos muchas horas, es la parcialidad, la mayoría tienen contratos de 30 horas, por lo que no llegamos al SMI porque el convenio con una jornada completa tiene 948 euros".