La canción del verano, los pantalones de campana o la laca en cantidades industriales: hay cosas que parece que pasan de moda, pero siempre vuelven, exactamente igual que en la política. Hay mantras que se olvidan y se recuperan, que se diluyen, pero acaban volviendo.

Esta campaña, ha resucitado otra vieja consigna: el voto útil. En 1982 Felipe González ganó sus primeras elecciones. Parte de su éxito se debió al fracaso del PCE, lo que el propio Carrillo definió como un alud del "voto útil".

En los 90, aquellas victorias socialistas empezaron a estrecharse. Así, una vez más volvieron a llamar al voto útil para tratar de acaparar los votos a su izquierda. Pero, ¿qué es el voto útil? Según la RAE, "es elegir a favor de una opción que, aún no siendo la preferida, tiene más probabilidades de derrotar a otra". Algo a lo que en los últimos años no hay partido que no haya recurrido.