Se habrán enterado de la noticia, supongo. Al fin el príncipe Felipe va a reinar, y su padre, el rey, lo deja por cuestiones de salud. Tras muchos rumores el veterano monarca al fin abdica, eso si, el veterano monarca de Bélgica. Ya sabemos que en España la palabra "dimitir" es ese nombre ruso imposible de conjugar en primera persona. A este paso solo Ángel María Villar reinará tanto como el Rey Juan Carlos.
Uno que sí que promete irse es el ministro Wert. Dice que dejará la política cuando abandone el ministerio ya que ya "no tiene ambiciones políticas". Así que yo me pregunto ¿cómo llega un ministro a ser un hombre sin ambiciones políticas? ¿Va usted desganado al ministerio? Porque para no tener motivación ha dejado usted un recuerdo indeleble en las universidades.
Siempre hay que tener un puntito de ambición para triunfar ministro, mire a una compañera de partido, la artista de centro derecha Leticia Sabater. La cantante ha intentado vender su musical "súper clan mucha marcha" a una diputación popular al grito de "Eh! Que soy de los vuestros compis". Lástima que envió la carta por error a una diputación socialista.
Igual chachi-Leti podría llevar su show a Soto, para amenizar a Luis Bárcenas la calurosas tardes de patio, el hombre que se sigue preguntando por que está en la cárcel mientras los demás nos preguntamos qué hacia fuera. En Soto del Real, Bárcenas regala pantalones y no hace peineta, ya que entre bomberos no se pisan la manguera.
Y para acabar, hemos conocido que los políticos corruptos vuelven a ser la segunda gran preocupación de los ciudadanos. Pues ahora que cierra la última fábrica de condones española, ¿qué futuro nos espera?