Si hay un político en España que sabe lo que es caer y levantarse, morir y resucitar, ese es Pedro Sánchez. La primera que vez que le 'dieron por muerto' fue tras las elecciones de 2015: Ciudadanos y Podemos irrumpían con fuerza en el hemiciclo, y mientras él acuñaba su famoso "no es no" a Mariano Rajoy, lo intentaba de la mano de Albert Rivera. Un pacto que naufragó, pero Sánchez resistió como candidato.
Las siguientes elecciones las volvió a ganar el PP y la posible abstención en la investidura de Rajoy abrió en canal a unos socialistas con menos escaños que nunca. Sánchez dimitió como secretario general del partido, pero acabó adelantando a quienes le habían 'enterrado'.
La tercera vez que quisieron liquidarle, Sánchez ya mandaba en el Gobierno. Llevaba apenas ocho meses en Moncloa, pero la mayoría del Congreso tumbó sus Presupuestos, obligándole a convocar elecciones. A la segunda, tras una repetición electoral, acabó triunfando.
Tras una legislatura más que difícil, marcada por la pandemia, la derecha le anticipa una nueva 'muerte' tras las elecciones generales del próximo 23 de julio. ¿Podrá Pedro Sánchez hacer honor a su 'Manual de resistencia' y esquivar una última bala?
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