Existen algunos animales cuya vida está en peligro tras practicar sexo. Es el caso de la mantis macho, pues la hembra les corta la cabeza tras la cópula, pero no es el único. Los antequinos, unos marsupiales australianos, cuyas hembras solo tienen un celo al año, por lo que los machos copulan con todas ellas hasta durante 14 horas seguidas y cuando terminan, "acaban muertos del agotamiento", explica Maya Pixelskaya.
El macho del demonio marino, también conocido como pez abisal, muerde a la hembra y fusionan, así, su sistema circulatorio. Él se alimenta y a la vez le provee el esperma, pero cuando la hembra queda fecundada, este deja de "ser útil", indica Thais Villas, y muere de hambre.
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Otro caso es el del macho de la viuda negra, que termina devorado por la hembra, o los pulpos. El macho coloca un saco de esperma en una cavidad de la hembra con uno de sus tentáculos para después luchar entrelazando sus tentáculos. A veces escapa, pero otras muere asfixiado por ella.
