Viajar en primera clase no es barato, pero da acceso a todo tipo de comodidades durante un vuelo. Ventajas como las que ha podido comprobar un chico en su viaje de Dubái a San Francisco al que una aerolínea ha asignado un asiento en primera, cuyo precio asciende a 25.000 dólares.
Cabina propia con puertas, acceso a caviar ilimitado, ducha de cinco minutos, baño gigante, cesta de aperitivos, un colchón y un neceser de Bvlgari son solo algunos de los servicios incluidos. "Mucha gente está ahí mejor que en su casa", comenta Miki Nadal.
"Vas tan a gusto que llegas al destino y no te bajas", afirma el zapeador, y Berta Collado observa que "parece la casa de Norma Duval" y apunta que lo ve "demasiado ostentoso".
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