Hay muchas películas que podrían considerarse malas. Pero, en muchos casos, esa 'cutrez' provoca que la gente termine enamorándose de ellas. Tanto que, incluso, les dedican festivales. Carlos Palencia, director del CutreCon, el Festival Internacional de Cine Cutre de Madrid, charla con Zapeando sobre estas películas que cada vez tienen más fanáticos.
Palencia indica que aunque no haya una definición oficial de película cutre, en el festival buscan películas que sean tan malas "que den auténtica risa verlas, que sean comedias involuntarias". "La idea es que haya una conjunción de elementos que, al final, mientras estás viendo la película en lugar de meterte dentro de ella salgas y digas '¿qué está pasando aquí?'", añade Palencia.
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Y, justo en eso, radica la diferencia entre una película mala y una cutre: "Que haga reír". "La mayoría de películas malas no hacen reír, son aburridas y no aportan nada", argumenta Palencia. Y el hecho de que sean cutres no implica que sean películas baratas. "El cine cutre no entiende de presupuesto", indica.
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