Algunos locales, para demostrar que disponen de producto fresco, ofrecen crustáceos vivos que pueden cocinar cada comensal en su propia mesa. Pero, como afirma Víctor Elías, en algunos casos "el bicho no está por la labor como el pasó a una chica en un bufet".
Como se puede ver en las imágenes, que se han convertido en virales, la joven, sentada frente a gran cantidad de productos, coge una galera para cocinarla en una olla con agua hirviendo. El animal, al notar el agua caliente, se retuerce y consigue zafarse.
La chica vuelve a coger al crustáceo pero este está dispuesto a seguir luchando y termina saltando sobre la muñeca de la joven y clavándole los afilados dientes que tiene en una de sus patas. Esta acción provoca que la joven comience a gritar mientras alguien intenta desenganchar al animal.
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