Migajas es un gato ruso que fue rescatado del sótano de un hospital. El animal se había alimentado durante años a base de sopas, galletas y chucherías, lo que provocó que alcanzara un peso de 17 kilos. El refugio que lo había acogido lo puso a dieta pero el animal ha intentado escaparse pero, por su peso, se quedo atrapado en un zapatero.

"Recordemos que el gato debería pesar entre cuatro y cinco kilos", apunta Víctor Algra. "Por ahora le toca seguir con ese plan de rehabilitación para reducir de forma gradual su peso", añade el veterinario. El profesional indica que Migajas debería bajar entorno al 1% de su peso cada semana, lo que son unos 170 gramos.

"Si la pérdida de peso es muy brusca podemos tener problemas muy serios", advierte. "Cuando ya baje de peso igual tiene más probabilidades de escapar porque ahora lo tiene bastante complicado", concluye.