El problema de la vivienda en Ibiza es algo que provoca que en verano poder encontrar un alojamiento vacacional sea prohibitivo pero, además, también genera problemas para los trabajadores de la isla. Ejemplo de ello es Carla Andrade, una profesora mallorquina que trabaja en un colegio de Ibiza y debe tomar dos aviones, diariamente, para desplazarse a su puesto de trabajo debido al elevado precio de los alquileres.
Como explica Carla, el coste de los vuelos le supone unos 800 euros al mes, mientras que el alquiler de un piso en Ibiza puede rondar, lo más barato, unos 1.400 euros. En cuanto a sus rutinas, debe levantarse a las cinco de la mañana para poder estar en el aeropuerto antes de las seis y veinte para coger el primer avión que vuela hasta Ibiza.
A pesar de la frecuencia con la que vuela, tampoco recibe un trato especial ni le dan mejores asientos. "Siempre me dicen, que pena que estés por aquí y solo vayas y vuelvas", cuenta Carla. Además, tiene dos hijos pequeños por ello nunca aprovecha para quedarse en la isla y disfrutar de un fin de semana de diversión.
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Carla, que tiene plaza fija en Ibiza, indica, que es complicado que, por el momento, pueda ser trasladada hasta un colegio de Mallorca ya que no hay plazas suficientes para todos aquellos que están en la misma situación que ella.