Cada vez es más habitual que las mujeres mayores de 40 años tengan parejas más jóvenes. Ejemplo de ello son, por ejemplo, el matrimonio formado por Brigitte y Emmanuel Macron, con una diferencia de 25 años, la actriz Sienna Miller, que es 15 años mayor que su novio, o la artista Cher, que tiene 40 años más que su pareja. Para conocer a qué se debe esta tendencia, Zapeando charla con la psicóloga y sexóloga Mariona Gabarra.

Para Gabarra, este tipo de relaciones son cada vez más habituales "por un tema generacional". Ella, además, tiene una pareja 10 años más joven y, en su caso particular, no se siente con la edad que tiene. "La gente de mi edad me aburre", apunta. Para explicar a qué puede deberse que las mujeres busquen hombres más jóvenes, Mariona indica que "nuestra historia es la que es, nuestra sociedad ha sido muy machista y patriarcal, entonces ha habido una evolución en la que la mujer se ha rebelado un poco, ha evolucionado y no somos esa mujer sumisa que espera en casa y que aguanta cualquier cosa".

"A los hombres de mi quinta esta posición no les beneficia nada", apunta Gabarra, "no quieren perder su poder y no evolucionan". "Los chavales jóvenes se expresan de otra manera, son más emocionales, son más románticos, más activos y dinámicos, no necesitan posicionarse por encima de la mujer", añade la psicóloga. Además, muchos buscan mujeres más jóvenes, algo que también sorprende a Mariona.

Tras hacer un análisis, por las experiencias de varios de sus pacientes, vio que al igual que a muchos hombres de su generación "no les ha interesado avanzar, muchas mujeres jóvenes tienen una guerra librada para avanzar frente al machismo pero han convertido a los hombres en sus enemigos", indica.

"Los hombres no son nuestros enemigos tampoco", añade la sexóloga, "los hombres están deseando cuidar y mimar a una chica y esas chicas lo rechazan porque se consideran muy independientes y no creen en el amor", concluye. Esto ha llevado, en su opinión, a que los chicos jóvenes busquen mujeres más mayores ya que quieren estar con alguien más maduro, que sabe lo que quiere y que no está "en guerra" con ellos.