Una pareja decide pasar un día de playa. Una vez allí, se marchan a dar un paseo por la orilla y ella deja su móvil grabando, momento que aprovecha un hombre para llevarse el dispositivo. Sin embargo, comete el error de no comprobar si tiene el localizador activado y se marcha a casa.
Cuando vuelve la pareja, descubren que su móvil no está y la dueña lo rastrea con el GPS. Así que ambos se desplazan hasta la ubicación que marca el localizador y recuperan su teléfono. Pero el disgusto no les arruina el día, pues vuelven a la playa para seguir disfrutando de la jornada.
"Están en la playa porque fue donde enterraron los dos cadáveres, del chorizo y la choriza", bromea Dani Mateo, e IsabelForner llega a la conclusión de que "cualquiera te puede robar el móvil".
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