Un niño se ha convertido en el vecino más odiado de su barrio debido a sus dotes imitando el sonido de una sirena de policía. El pequeño, megáfono en mano, se esconde y, cuando pasa cualquier coche, se pone a imitar ese sonido para provocar que el vehículo se pare.

Su acción no hace otra cosa que provocar sus risas y la de sus acompañantes ante el agobio y la desesperación de los conductores que se creen sorprendidos por las fuerzas del orden. "Si queremos que nuestras sociedades sigan siendo espacios seguros... los niños deben estar encerrados en sus habitaciones con el móvil y no en la calle", apunta Quique Peinado.

"Me parece de las mejores troleadas que he visto en mi vida", afirma Valeria Ros. "A favor del niño", añade. No te pierdas el momentazo en el vídeo principal.