Cuando los agentes de la Guardia Civil registraban la casa de la familia Anglés sonó el teléfono. Al otro lado, un hombre daba indicaciones a Kelly, la hermana de Antonio Anglés, el asesino prófugo de las niñas de Alcásser.
"Kelly, soy yo, Rubén. Cuando venga, le dices al 'El Rubio' que vaya donde está el plato y la maneta de la moto. Que traiga los dos sacos de dormir y los Kellogg's y la leche que hay encima de la nevera. ¿Sabes?, lo antes posible". En la vivienda se encontraba entonces Miguel Ricart, que confirmó a los agentes que él era 'El Rubio'.
Esa noche la pasó en comisaría, entre interrogatorios, y a la mañana siguiente accedió a decir el significado del mensaje. La moto a la que se refería el chico de la llamada, Antonio Anglés, era una moto robada que usaron durante el verano y que la tenían en una caseta de Alborache. Hasta allí se desplazaron los agentes, pero llegaron tarde.
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"Cuando van a las 15h, se encuentran unos excrementos humanos tibios, posiblemente de Antonio Anglés, lo cual indica que no hacía tanto que se había ido", relata la periodista Teresa Domínguez.
Así fue el registro de la Guardia Civil en el piso de Antonio Anglés: "No hubo alteración hasta que llegó Miguel Ricart"
El sargento de la Guardia Civil que registró la casa de la familia Anglés en busca de una pista sobre el triple asesinato de Alcàsser narra en la docuserie 'Anglés: Historia de una fuga' cómo fueron esos momentos.