El tono y la estética de 'Érase una vez (pero ya no)' choca mucho nada más empezar su tráiler. Esa mezcla de fantasía de medieval con música pop española de los 80 y 90 unida a un lenguaje totalmente fuera de época le confieren una ambientación muy especial. El principal responsable de esta mezcla tan bizarra es Manolo Caro que seguro que os sonará por ser el director de ese pelotazo, que también está en Netflix, y que lleva por nombre 'La casa de las flores'.
Tras haber dejado atrás su México natal y probar con un género totalmente diferente como 'Alguien tiene que morir', a Manolo le apetecía hacer algo "completamente irreverente y novedoso". Y así nació 'Erase una vez (pero ya no)', una reinvención de los cuentos de hadas narrado en dos líneas temporales diferentes. La intención de Caro en todo momento ha sido la de desmitificar esos cuentos tradicionales: “Las niñas ya no están esperando a un príncipe azul para que les rescate, ni para que les dé un beso y sean felices para siempre, que ahora las cosas han cambiado, los intereses, la profesión, la libertad de elegir”.
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'Las localizaciones de 'Érase una vez (pero ya no)
Para poder plasmar todas esas ideas que tenía en mente, Manolo Caro buscó lugares en nuestra geografía que permaneciesen anclados en el tiempo. Porque para dar verosimilitud a la parte de la serie que transcurre en el pasado necesitaban varias localizaciones que tuviesen aire medieval. Encontraron dos lugares únicos para hacerlo. El entorno principal de la serie es el castillo de Guadamur: una fortificación del siglo XVII que se encuentra en el pueblo del mismo nombre en la provincia de Toledo. Allí rodaron los exteriores y la recepción de lo que en la serie es el hotel 'La Soledad' que regenta el personaje de Rossy de Palma en el presente de la serie y el 'Dragon Azul' en el pasado. Además tuvieron que añadir otras insertos que necesitaban para darle más empaque medieval al conjunto y utilizaron varias partes de otro castillo: el de Manzanares el Real en la Comunidad de Madrid.
La Alberca charra
El pueblo que rodea el castillo 'Dragón Azul' se encuentra en la provincia de Salamanca. “El pueblo, que en la historia se llama la 'Aldea del Dragón Azul', es La Alberca, un lugar maravilloso en que el que nos acogieron de una forma increíble durante dos semanas de rodaje”, relata Manolo Caro con cariño y una sonrisa en la cara. “De repente llegamos 200 a rodar. En un pueblo tan pequeño esa logística no es nada fácil. Es por lo bien que estuvimos, entre otras razones, por lo que quiero que haya una segunda temporada. Quiero volver a La Alberca”.
Para rematar las localizaciones exteriores, el equipo de rodaje grabó los entornos naturales que se ven en la serie en las Hoces del Río Duratón (Segovia) y en los alrededores de Aranjuez (Madrid).