El éxito de 'Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer' llevó a la plataforma arenovar la serie para convertirla en una antología que repasará "otras figuras monstruosas que ha impactado a la sociedad". Hace unos días, Netlix anunciaba la historia que protagonizará la nueva entrega que llegará en 2024. Se trata del caso de los hermanos Lyle y Erik Menéndez y el asesinato a tiros de sus padres.
Con este caso, la serie se remonta a 1989 y, en concreto, al 20 de agosto, cuando José y María 'Kitty' Menéndez fueron tiroteados mortalmente en su casa de Beverly Hills, California. El vídeo con el que la plataforma ha anunciado la nueva temporada muestra la llamada desesperada de los hijos después de, supuestamente, haber encontrado a sus padres muertos. La familia llevaba una vida despreocupada gracias al trabajo de los padres en la industria del entretenimiento con el que se habían labrado una buena fortuna económica. Una vida idílica que acabaría siendo una condena ya que que el móvil económico fue lo que motivó a los hijos Lyle y Erik Menéndez a acabar con sus padres.
El entorno de las víctimas suele centrar habitualmente las investigaciones de crímenes y más en este caso que no había signos de que la entrada de la casa hubiese sido forzada. Los vecinos confundieron con fuegos artificiales lo que en realidad eran disparos, el que mató a José a quemarropa por detrás de la cabeza y los que recibió Kitty en brazo, pecho y cara. Además, los dos tenían tiros en las rodillas en un intento de copiar una firma de la mafia. Todas las balas salieron de unas escopetas Mossberg de calibre 12. A pesar de que la casa contaba con los máximos niveles de seguridad, el padre casi nunca los conectaba. La madre sí que había llegado a mencionar a su psiquiatra que por la noche aseguraba el cierre de la puerta de su dormitorio y que guardaba un rifle en el armario porque temía que sus hijos fueran unos sociópatas.
El asesinato se convirtió en un caso mediático que acaparó la atención de la prensa por el morboso atractivo de la tragedia de una familia rica. Los jóvenes Lyle y Erik que en el momento del asesinato tenían 21 y 19 años, respectivamente, fueron los principales sospechosos desde el primer momento y la investigación se centró en reunir las pruebas suficientes para poder acusarles.
Gastaron un millón en seis meses
Los hermanos Menéndez lo pusieron bastante fácil ya que desde la desaparición de sus padres comenzaron a derrochar su fortuna llegando a gastar un millón de dólares en los seis meses siguientes al suceso. Un restaurante, un Rolex o un Porsche 911 fueron algunas de las primeras adquisiciones. Se mudaron a sendos apartamentos de lujo en Marina del Rey y viajaron con el coche de su recién asesinada madre sin reparar en gastos: los mejores restaurantes, estancias en el Caribe o en Londres e, incluso, la participación en torneos profesionales de tenis en Israel, incluyendo el pago de entrenadores personales. También compraron un carísimo abono para ver a los Knicks y, curiosamente, en 2019 se revalorizó un cromo de 1990 en el que aparecían los hermanos en la grada.
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Aún así, el paso definitivo para la acusación fue la declaración del psicólogo que había tratado a Erik y al que éste le había confesado los asesinatos, el facultativo rompió la confidencialidad médico-paciente después de que el hermano mayor Lyle le amenazara. En el momento del juicio, que se celebró en 1993, los hermanos se declararon culpables y justificaron el crimen por los abusos a los que aseguraron que su padre les sometía. El juicio fue televisado, pero el jurado no fue capaz de llegar a un veredicto por lo que se declaró nulo. En la repetición del pleito, el juez no permitió la entrada de cámaras y los dos hermanos fueron condenados a cadena perpetua. A pesar de que podrían no salir nunca de la cárcel, los dos hermanos han rehecho sus vidas dentro y se han casado, hasta en dos ocasiones cada uno, con mujeres con las que se relacionaron por carta. Aún así, en su caso no pueden recibir visitas conyugales.
El caso podría dar un vuelco
Casi 30 años después de la codena, el caso podría dar un vuelco a raíz de nuevas pruebas que vendrían a confirmar la versión de los abusos paternos alegada por los hermanos Menéndez y que en su momento fue desestimada. Una de esas pruebas estaría relacionada con el grupo infantil 'Menudo', al que llegó a pertenecer Ricky Martin, y es que uno de los integrantes de la banda musical, Roy Roselló, ha revelado que José Menéndez abusó de él en la serie documental de Peacock (NBCUniversal) 'Menendez + Menudo: Boys Betrayed'.
Después de que las anteriores apelaciones de los condenados no hayan prosperado, en esta ocasión los hermanos estarían más cerca de conseguir una revisión favorable de su caso. Además de las acusaciones de terceras personas hacia su padre por abusos, la versión de los hijos podría verse ratificada por una carta que Erik Menéndez le habría enviado a su primo Andy Cano en 1988. En ella, dice tal y como publicaba CNN escribe cosas como esta: "Todas las noches me quedo despierto pensando que puede venir. Necesito quitármelo de la cabeza. Sé lo que dijiste antes, pero tengo miedo. No conoces a papá como yo. Está loco".
Con estas nuevas evidencias, los abogados han solicitado al tribunal la anulación de la condena y la sentencia contra los dos hermanos Menéndez. Habrá que esperar al estreno de la serie de Netflix para concer el enfoque y para saber si sus episodios llegarán a incluir las últimas novedades respecto al caso.
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