Alguien podría pensar que 'Pobre diablo' es una suerte de 'Family Guy' traducido al español con dobladores famosos, pero nada más lejos de la realidad. La serie está hecha en España y el made in, en este caso, marca una gran diferencia porque estos personajes, diseñados por el humorista Joaquín Reyes y animados por el estudio granadino Rokyn Animation, han sido moldeados a partir de los actores que los interpretan y no al revés. Esto, como comentan los también humoristas Miguel Esteban y Ernesto Sevilla, creadores de esta serie junto al propio Reyes, permite ir mucho más lejos en el plano creativo.
Sevilla lo detalla cuando dice que "a veces todos los actores de una misma secuencia estamos juntos, grabando voces en una misma sala" y eso permite generar sinergias, improvisar y aportar ideas sobre la marcha. Esteban, director del proyecto, añade que "los dibujantes pueden adaptarse a los movimientos y gesticulaciones de los actores", quizá por eso a veces da la sensación de que, pese a ser dibujos animados, los estás viendo realmente a ellos. Desde 'Los Simpson' a 'Rick y Morty' pasando por 'South Park' son notables los ejemplos de series de animación para adultos que han triunfado en nuestro país logrando ocupar un lugar destacado en la industria del entretenimiento.
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Pero lo de la producción propia en este campo era todavía una cuenta pendiente. Quizá estos viejos chanantes, Esteban, Sevilla y Reyes tienen en su background conjunto proyectos como Enjuto Mojamuto o Maricón y Tontico, estén dando un paso clave para que eso cambie. 'Pobre Diablo', como hicieron en su día otros títulos extranjeros como 'Futurama' busca aportar un giro más a la tuerca de una forma de humor cuyos límites parecen siempre susceptibles de ampliación. Dice Joaquín Reyes que "mientras se acierte con el enfoque y el planteamiento cualquier temas se puede tratar desde el humor".
Y en ese contexto nos encontramos a Stan, el anticristo e hijo híbrido de Satanás con una mujer humana al que, por cumplir 665 meses, le ha llegado el momento de desatar el Armagedón y destruir el planeta. Esto le sirve a los guionistas para tratar temas como el racismo, la pederastia, el capitalismo extremo, el cambio climático, poniendo como enclave geográfico la ciudad de Nueva York. "Los americanos no tienen reparo en recrear cualquier lugar con total libertad, así que ¿por qué vamos a tenerlo nosotros?" Lo dice Reyes que, además, identifica la mayoría de las realidades de los estadounidenses como muy universalizables, por lo que permiten tratar fácilmente problemáticas que nos son comunes.
Miguel Esteban recuerda también a los trumpistas para identificar a los que prefieren "que todo se vaya a la mierda de una vez", algo que, como señala Reyes, también ocurre en 'Pobre diablo' con personajes que, al grito de "si no follamos que se acabe el mundo" están dispuestos a invocar a las fuerzas demoníacas con fines fatales en respuesta a sus propias frustraciones. Para dar forma a este irreverente relato el equipo cuenta con nombres tan destacados como Ignatius Farray, el primer Satanás canario, o la gran Verónica Forqué, cuyo fallecimiento convirtió su trabajo haciendo de Rose en una obra póstuma de forma inesperada. Otras voces destacadas son las de Stéphanie Magnin como Gaby, o la actriz Gakian, que está espectacular en el papel Samael.
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