Las diferencias entre los libros y la serie de Juego de Tronos son una queja muy extendida entre su público más fiel. Sin embargo, muchos de los fans que siguen la serie en televisión desconocen que algunas de las tramas no coinciden con lo escrito en los libros.

Por ejemplo, Daario Naharis, el amante de Daenerys, en el libro viste con colores brillantes y tiene el cabello y la barba azul. Muy diferente a como le hemos visto en la pequeña pantalla. Y la joven confidente de la madre de dragones, Missandei, en las novelas es una niña y no tiene un romance con el inmaculado Gusano Gris.

Daenerys Targaryen en Juego de Tronos

Siguiendo con la guardia personal de la Khaleesi, Jorah Mormont luciría un aspecto totalmente diferente si la serie fuera fiel a los libros. En la novela es descrito como el 'Oso Negro', por el color de su pelo y su abundante bello corporal, mientras que en la serie es rubio. Además, no sería víctima de la enfermedad de piedra, la psoriagrís. Asimismo, Khal Drogo lleva campanas en el pelo como marca su tradición, aunque este detalle fue olvidado por HBO.

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Más en el norte, Mance Rayder en las novelas sigue vivo en el cuerpo de uno de los salvajes porque la sacerdotisa roja Melisandre piensa que puede servirle de utilidad.

Por su parte, el destino de Sansa Stark sería menos terrible en los libros, aunque nunca vuelve a Invernalia. No se casa con Ramsay Bolton y tampoco se encuentra con sus hermanos, ya que sigue en el Nido de Águilas y está a punto de casarse con el heredero de la Casa Arryn. Meñique la presenta como su hija bastarda.

Robb Stark no se casa por amor como en la serie, sino porque deja embarazada a una mujer que es hija de una de las casas leales a los Lannister. Por último, la joven Arya es, como su hermano Bran, una cambiapieles, es decir que puede intercambiarse por un animal y poseer su cuerpo. De hecho lo hace en los libros con su loba Nymeria.