Ser adolescente y a la vez un personaje conocido no es fácil. Al menos, eso es lo que piensa Sophie Turner, Sansa Stark en Juego de Tronos, quien se ha sincerado en una entrevista y ha contado que tuvo que pasar “años duros” entre las edades de 16 y 19 años mientras luchaba con los cambios de la pubertad, que eran analizados con lupa.
"Crecer ante los focos ha sido lo más difícil. Mi cara y cuerpo estaban cambiando y la gente todavía me veía como de 13 años, una niña sin cuerpo y así es como me miran siempre“, ha recordado la actriz. “Fue muy duro. Todo el mundo opinando de eso, colgando imágenes... Fue difícil incluso para mis amigos", ha recordado Turner.