Estados Unidos (y el resto del mundo) se despide de uno de los creadores de televisión más rompedores. A sus 101 años, el productor Norman Lear, nacido en el estado de Connecticut, ha fallecido por causas naturales, en paz y rodeado de su familia en su vivienda de Los Ángeles (California), según ha confirmado la portavoz de la familia, Lara Bergthold,

Lear falleció el 5 de diciembre, mientras el resto de su familia "contaba historias" y "cantaba canciones hasta el final", según el comunicado familiar en el que se dirigen a él como "maravilloso esposo, padre y abuelo". "Norman vivió una vida de curiosidad, tenacidad y empatía. Amaba profundamente a nuestro país y pasó toda su vida ayudando a preservar sus ideales fundacionales de justicia e igualdad para todos", apuntan.

"Comenzó su carrera en los primeros días de la televisión en vivo y descubrió la pasión por escribir sobre la vida real de los estadounidenses, no sobre un ideal brillante. Al principio, sus ideas se encontraron con puertas cerradas y malentendidos. Sin embargo, se mantuvo firme en su convicción de que la 'tontería de la condición humana' hacía grande la televisión y, finalmente, se hizo escuchar", añaden.

Norman Lear comenzó como escritor para radio y televisión en la posguerra, cuando se hizo cargo de varias series que alcanzaron el éxito en televisión a lo largo de los años setenta, rompiendo los tabúes del entretenimiento. Las series de Lear abordaban importantes problemas sociales, algunos de ellos inéditos en televisión, como el racismo, las violaciones o el aborto, pero también otras cuestiones también tabú como la menopausia, la homosexualidad o la religión, según recuerdan desde CBS.

El salto a la fama de Lear tuvo lugar gracias a 'Todo en familia' ('All in the family'), estrenada en 1971: protagonizada por Carroll O'Connor, que interpretaba a Archie Bunker, un intolerante hombre blanco heterosexual que se enfrentaba con su yerno, el liberal Michael (Rob Reiner), mientras la mujer del primero, Edith (Jean Stapleton) trata de mantener la paz en la familia.

A su muerte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se ha despedido de Lear refiriéndose a él como la fuerza "transformadora" de la cultura estadounidense cuyas series lograron redefinir la televisión "con coraje, conciencia y humor", abriendo "los ojos" y "los corazones" de todo el país.

Su sitcoms pasaron a la historia por llevar a la pequeña pantalla de Estados Unidos a personajes que no eran tan frecuentes: en 'Los Jefferson', los protagonistas son una familia negra que gracias a su éxito laboral logra mudarse desde Queens a la céntrica (y cara) Manhattan -'Los Jefferson' es la segunda serie estadounidense más antigua con un reparto principalmente afroamericano-; en 'Maude', la protagonista es una clara feminista y en 'Good Times' el tema central era la pobreza y la discriminación.

Según explica su familia, Lear quedó "asustado" por la retórica antisemita que escuchaba en la radio cuando era niño, y acabó convirtiéndose en un "activista y filántropo". Fundó la organización People for the american way en 1981, para ayudar a garantizar los derechos de la primera enmienda: esta enmienda garantiza que el Congreso no cree ninguna ley para establecer una religión oficial o para prohibir el libre ejercicio de una religión en particular, protege la libertad de expresión, de prensa, de reunión y el derecho de solicitar al Gobierno compensación por agravios.

Padre de seis hijos de tres matrimonios diferentes, su familia lo recuerda como "inquebrantablemente devoto" como esposo, padre y abuelo, siempre transparente y capaz de expresar "abiertamente" su amor y admiración por toda la familia. "Él nos adoraba y también nosotros lo adoramos a él. Conocerlo y amarlo ha sido el mayor de nuestros regalos".

Entre los que han querido despedirse de Norman Lear están Tyler Perry, George Clooney o Jimmy Kimmel, que han querido despedirse del productor, ganador de seis premios Emmy. "Es difícil conciliar el hecho de que a sus 101 años, Norman Lear se ha ido demasiado pronto", ha señalado Clooney, que considera que el mundo de la razón ha perdido a su mejor defensor. "Y nuestra familia, a un querido amigo". Perry, por su parte, ha querido decir adiós al que considera uno de sus héroes, quien fue capaz de "sacarle una sonrisa diaria" cuando era niño y vivía "en una pesadilla continua".