Nacho está dispuesto a volver a intentar hacer el espectáculo de sexo en vivo en la Sala Bagdad, después de conseguir una nueva oportunidad. Se reúne con sus amigos y les cuenta a qué se va a dedicar, en lo que parece una necesidad de contarlo para perder miedos.
Después de contárselo, les confiesa que no es algo fácil ni siquiera para él que entre sus colegas tiene la imagen de ser un fiera del sexo. Allí les cuenta que parte del problema es que tiene miedo "de lo que piense su vieja". Para superarlo, Arnau le dice que primero triunfe y que seguro que así a su madre no le importa tanto.
Pero entonces tiene que decidir también que hace con su nombre, tiene que buscarse otro para separar a Nacho Jordá del personaje que sube al escenario. Las opciones que le dan no le convencen. Si algo tiene claro es no puede llamarse de otra forma que no sea Nacho, así que lo que necesita es un nuevo apellido artístico que "cuando lo oiga esta se ponga dura". Entonces tiene una revelación al ver tres inmensas torres que juntas ni siquiera se pueden comparar con el tamaño de su pene, según él mismo exagera. Bajo las torres pone 'Hnos. Vidal' y ahí es cuando decide que va a llamarse Nacho Vidal. El nuevo nombre artístico no parece convencer a sus amigos.
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Nacho Vidal tiene claro que es a él a quién tiene que convencer y gracias a eso vuelve a la Bagdad y logra triunfar como se había anunciado desde un principio. A esa actuación, igual que a las anteriores asiste un famoso productor de cine porno que va a poner sus ojo en él.
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