Tino Casal, aparte de las influencias de la música española, siempre tuvo su visión en el extranjero. "Londres era su paraíso, su Edén y la persona que le ayudó a conocerlo fue su novia Pepa Ojanguren", cuenta su biógrafo Gerardo Quintana. La pareja se conoció en le año 1970, pero como ellos no eran muy partidarios de los convencionalismos, fueron una pareja un poco atípica.

Pepa fue "su descubridora de ese Londres", de ese momento punk, quién se lo llevó y le descubrió todo aquello en esos viajes maravillosos que venían cargados de moda y sobre todo de ideas. Pepa y Tino iban a Londres cada dos meses y estaban 10 días buscando por los mercadillos, en las tiendas, y todas esas piezas las traían a España, pero no se las ponían y ya está, las customizaban.

"Por ejemplo, si unos zapatos le gustaban pero no le gustaba el color, los pintaba con spray; las cazadoras las llenaba de tachuelas, luego diseñaba sus salamandras y él tenía un aspecto único", explica la diseñadora de vestuario Cristina Rodríguez, que opina que "no solo era el aspecto de los 80, es que sus prendas son absolutamente contemporáneas".

El artista plástico Manolo Cáceres cuenta que en Londres también iban a concursos de peluquería donde estaban todos los peluqueros más importantes de la capital británica de aquella época. "Allí iban a que les cortasen el pelo, a que los tiñeran... les hacían todas esas filigranas porque Pepa y Tino eran muy parecidos en ese concepto del exceso", relata el artista.

Según la recuerdan quienes la conocieron, Pepa era una mujer supermoderna para la época, muy maquillada y con muy buen estilismo. Sobre su personalidad, la describen como simpática, exuberante y extrovertida. "Era una buena acompañante para Tino", apunta el compositor Luis Cobo.