Cinco aplicaciones para conectar con desconocidos de forma aleatoria

En la extensa lista de aplicaciones descargables para dispositivos móviles existen algunas curiosidades que dan lugar a un modo de comunicación alternativo hasta el momento. Ya es posible hablar, al azar y sin conocerse previamente, con alguien que se encuentre en cualquier punto del planeta.

En primer lugar, cabe destacar WeChat, una comunidad que reúne a más de 300 millones de usuarios. Se encuentra en un total de 18 idiomas diferentes y ofrece servicios de mensajería. En China se ha convertido en una auténtica revolución y cada vez se está expandiendo más por todo el mundo. Permite enviar "al aire" un mensaje para que un destinatario cualquiera lo reciba. Asimismo, deja que se abran textos escritos previamente por otras personas.

Por otro lado, ChatNow, deja conectar de manera sencilla con interlocutores desconocidos. En el momento de darse de alta requiere cierta información personal como la edad y el sexo y, con el fin de evitar conversaciones consideradas inadecuadas, permite el bloqueo. Cuenta con una opción para compartir imágenes y además tiene una versión para adultos.

El portal ChatRoulette ofrece para móviles y tabletas el mismo servicio que tiene en su página web. Su funcionamiento se basa en videoconferencias, de modo que al iniciar la aplicación comienza a grabar y da la opción de seleccionar el destinatario deseado. En caso de que se desee abandonar la conversación, deja, sucesivamente, que se finalice y se inicie otra. La mayor ventaja de ChatRoulete reside en no tener que escribir.

En la misma línea, ChatRandom tiene el botón 'Encontrar nuevos amigos' para poder entablar una conversación con alguien conocido por casualidad. Todo ello, de forma totalmente anónima. Como peculiaridad tiene la capacidad permitir la visualización de cuatro cámaras al mismo tiempo.

En último lugar, pero no por ello menos importante, se sitúa Rando -contenido del vídeo-. Se trata de una aplicación en la que los usuarios envían las imágenes que capturan desde sus teléfonos móviles y, por cada una que mandan, reciben otra al azar. Al pulsar sobre la imagen de entrada, la fotografía se da la vuelta y muestra el sitio desde el que ha sido hecha. En este caso, al carecer de texto, obliga a que el ingenio se agudice.