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TÉRMINOS Y CONDICIONES (RESUMIDOS)

Esto es lo que firmas (y no lees) cuando te das de alta en Tinder

Como sabemos que te da pereza, hemos leído las condiciones que aceptas al registrarte en la app de citas y las hemos resumido para que tú no tengas que hacerlo.

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¿Qué sabe Tinder sobre mí? ¿Lo puede compartir con terceros? ¿Dónde guardan mis datos? ¿Para qué los utilizan? ¿Puedo pedirles que los borren? Todas estas preguntas tienen respuestas y, en realidad, deberías conocerlas porque forman parte del contrato que firmaste en el momento del registro.

Si no te paraste a leerlo tampoco pasa nada: es comprensible. Las condiciones y la política de privacidad son documentos largos y aburridos, escritos en lenguaje de abogados. Además, saltárselos es tan fácil como pulsar un botón y en ese momento no te detuviste a pensar en las consecuencias.

Afortunadamente, hay remedio. Ya es hora de que conozcas la letra pequeña, y por eso vamos a repasar los documentos legales de Tinder para extraer la información más relevante.

¿Para qué podrían usar tus contenidos?

Lo primero que debes saber es que tú eres el “único responsable” del contenido que publicas en Tinder, y eso incluye las fotos de Facebook que decides mostrar públicamente, pero también todo lo que compartes con tus ‘matchs’ a través de chats privados. No obstante, la compañía se reserva el derecho -que no el deber- a “monitorizar o revisar” tu contenido e incluso a eliminarlo “en su totalidad o en parte” si lo considera oportuno.

Además, sobre todo el contenido que publicas otorgas a la compañía una licencia “no exclusiva, transferible, sublicenciable, totalmente pagada y mundial” para copiarlo, almacenarlo y mostrarlo o reproducirlo, entre otras cosas.

¿Qué datos personales cedes?

La única forma de registrarse en Tinder es vincular la nueva cuenta con un perfil ya existente de Facebook. Al hacerlo, autorizas que la aplicación de citas acceda a cierta información personal que puede incluir, en función de las opciones de privacidad que tengas seleccionadas en la red social de Zuckerberg, detalles como tu dirección de correo electrónico, intereses, ‘me gustas’, género, fecha de cumpleaños, historial académico, relaciones, ciudad de residencia, fotos, descripción, lista de amigos e información e imágenes de los amigos que puedas tener en común con otros usuarios de Tinder.

Además, la app de ligoteo sabrá desde el primer momento tu localización a través de tu dispositivo, algo esencial para poder cumplir su cometido adecuadamente. También conocerá tus preferencias en materia de flechazos: distancia máxima a la que deben estar los candidatos, geńero y rango de edad. Por otra parte, el servicio podrá recopilar datos adicionales durante el uso como pueden ser tu nombre, dirección o número de teléfono, así como la información de tu tarjeta de crédito si decides convertirte en usuario de pago.

A todo esto que proporcionas de manera voluntaria y más o menos consciente se suman los detalles que Tinder recoge a través de ‘cookies’, ‘pixel tags’ y otras tecnologías en tu navegador o tu ‘smartphone’. Dirección IP, identificador y tipo del dispositivo, idioma, sistema operativo, horas a las que accedes, enlaces en los que pinchas, páginas que visitas y cuándo lo haces… También recopila información, por ejemplo, sobre los anuncios que ves y cómo interactúas con ellos.

¿Qué puede hacer con estos datos?

En términos generales, Tinder puede usar tu información para prestarte el servicio y mejorarlo, para darte soporte o para comunicarse contigo, pero también para mostrarte anuncios personalizados según tus intereses, para medir la popularidad de su web o su aplicación o para realizar análisis e investigaciones acerca de tu uso.

Dado que es obligatorio vincular una cuenta de Facebook para utilizar la app de citas, también se reserva el derecho a compartir cierta información “no personal” con dicha plataforma. Lo mismo podrán hacer con los proveedores que prestan servicios en su nombre y, por supuesto, con el resto de empresas del grupo Match, al que Tinder pertenece: Match.com, OkCupid, OurTime.com, BlackPeopleMeet.com, Twoo, Meetic, POF, FriendScout24, HowAboutWe y otras.

Otros supuestos en los que podrán compartir tu información son un requerimiento judicial o una investigación por parte de las autoridades o los cambios que puedan producirse en la propiedad de la empresa (venta, fusión o incluso bancarrota).

¿Puedes darte de baja? ¿Cómo?

Puedes cerrar tu cuenta en cualquier momento en el apartado de “Ajustes” del menú, pulsando en “Borrar cuenta”. Tal y como indica una ventana emergente de confirmación, perderás de forma definitiva tu perfil, mensajes, fotos y ‘matches’, aunque eso no quiere decir que desaparezcan.

Recuerda que, además, deberás cancelar tu suscripción si eres usuario de pago. Puede que también quieras cancelar el acceso de la app a tu perfil de Facebook en la “Configuración de aplicaciones” de la red social.

¿Cuánto tiempo retendrán tus datos si decides marcharte?

Aunque Tinder no especifica un plazo, sí afirma que al cerrar tu cuenta “retendrán cierta información” con fines estadísticos y de estabilidad de su base de datos, así como para prevenir el fraude o emprender acciones para proteger su servicio o a otros usuarios si fuera necesario.

También indican que la información que la información que ya hayan compartido con terceros pasará a depender de la política de privacidad de esas empresas (es decir, que también podrían retenerla).

¿Cuál es la edad mínima para darse de alta?

Aunque los documentos legales siguen especificando que la edad mínima para usar el servicio son 13 años, se ha anunciado que esta política está a punto de cambiar y hacerse más restrictiva: pronto sólo las personas mayores de edad (por encima de 18 años) podrán utilizar la app de citas. Esto dejará fuera a alrededor de un millón de usuarios adolescentes.

¿Cómo de extensas son las políticas? ¿Están en español?

Sumados, los Términos y la Política de Privacidad de Tinder tienen la friolera de 9.259 palabras, que equivalen a algo más de dos capítulos de alguna de las novelas de 'Harry Potter'. Además, no están en español y, al menos a corto plazo, no se las espera.

¿Pueden cambiar los términos? ¿Con qué condiciones?

Pueden cambiarlos por cualquier razón (por ejemplo, cambios en la legislación, nuevas funciones del servicio o en las prácticas de la empresa) y sólo se comprometen a avisar “por vías razonables” (por ejemplo, notificación de la app o correo electŕonico) si se producen “cambios significativos que afecten a tus derechos u obligaciones”.

Por lo demás, te piden que revises “regularmente” el encabezado de sus documentos legales, donde aparece la fecha de la última actualización, para ver si la han modificado. Como si no tuvieras nada mejor que hacer…

¿A qué legislación están sujetos?

Tinder establece el arbitraje como fórmula general para la resolución de conflictos, pero es consciente de que en Europa está prohibido y, por lo tanto, a los usuarios del Viejo Continente nos remite a la legislación de Texas, en concreto a los tribunales del famoso condado de Dallas.

También nos avisan de que la información que recojan sobre nosotros podrá ser enviada a servidores en Estados Unidos, aunque todavía está por ver en qué queda el acuerdo Privacy Shield, que regulará el tránsito de información entre las dos orillas del Atlántico

¿Hay algo más que debas saber?

En el apartado de curiosidades, resulta chocante que una aplicación tan moderna como Tinder siga confiando en el soporte papel para la distribución de sus términos y condiciones. No solo te piden por favor que imprimas una copia del acuerdo, sino que además se ofrecen  a enviártela si les escribes un correo electrónico o contactas con ellos por cualquiera de las vías disponibles (ninguna de las cuales es tan analógica).

Por otra parte, y esto es fundamental que lo sepas, la app de citas no se compromete a encontrar tu amor verdadero ni nada por el estilo. De hecho, recurre a las mayúsculas para afirmar que no te garantiza compatibilidad alguna con usuarios actuales o futuros. Si para ti no hay amor (o lo que surja), ellos no se hacen responsables.

Por cierto, un aviso para los graciosos que crean perfiles como el de Manuela Carmena para hacer propaganda a través de la app y para las empresas que promocionan sus productos con perfiles falsos de Tinder: el único uso que contemplan los términos y condiciones es el “personal”. Todo lo demás está prohibido salvo que obtengas el consentimiento expreso de la compañía. Así que mucho cuidado con las bromas y las campañas ingeniosas de marketing.

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