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RÁPIDO Y PERSONALIZABLE, AUNQUE BÁSICO E INCOMPLETO

Fast, un cliente alternativo de Facebook (que explica por qué no hay clientes alternativos a Facebook)

Si te preguntas por qué Facebook o Google + no tienen apps que usen sus servicios, mientras hay un montón de apps para usar Twitter, lee la historia de Fast: uno de los contadísimos clientes no oficiales de Facebook.

Fast, un cliente para Facebook

Fast Fast, un cliente para Facebook

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El término 'cliente' se refiere a un programa para ejecutar algo, y en el caso de las redes sociales, un programa que sirve para usar una red social. Por ejemplo, Twitter tiene su cliente (el oficial) y, además, una constelación de diferentes apps para usar sus servicios. Eso son clientes.

Si te fijas, el caso de Twitter es peculiar: hay un montón de apps para móvil que no son oficiales de Twitter y sin embargo sirven para usar Twitter, algo que muy rara vez sucede en otras redes sociales.

Para explicar por qué eso es así nada mejor que hablar de una de esas poquísimas apps que sirven para usar Facebook: se llama Fast y funciona en Android. Y, como digo, explica perfectamente por qué no hay más clientes alternativos para Facebook.

Es una app muy sencilla y bastante personalizable: la instalas, le das acceso a tu sesión (pudiendo editar algunos permisos, algo que es bastante novedoso) y, después de hacer eso, eliges cómo quieres que se vea tu timeline: actualizaciones breves y sin elementos multimedia, enormes fotos y vídeos y después el texto o un punto intermedio entre lo soso y el que tu tarifa de datos no llegue a fin de mes.

El nombre de 'Fast' le va que ni al pelo: es rápida, la verdad, aunque con varias pegas. Visualmente es un poco sosa (y eso que no es que la de Facebook sea de una audacia visual tremenda), y trae publicidad incrustada (como la de Facebook, sí, pero un poco más cutre).

El uso es bastante intuitivo: al pinchar en las opciones de una actualización puedes darle a 'me gusta', compartirlo en tu muro, abrir en enlace -si lo hay-, eliminar de tu timeline...

En tu timeline si deslizas el dedo a la izquierda en tu timeline y tienes todas las opciones: agregar una foto o vídeo, el chat (integrado, se supone, aunque no va del todo bien), amigos, peticiones de amistad, ajustes...

Espera, ¿todas las opciones? No: no puedes escribir. Esa es la pega, y si te fijas, ya te lo dicen en la pantalla de permisos: la app no puede escribir en tu nombre en Facebook. No es un guiño a tu privacidad, es que Facebook tiene capado que ninguna app externa pueda publicar contenido. Otra cosa es que las apps del ecosistema de Facebook lo hagan (esas malditas invitaciones al Candy Crush).

Si Fast tuviera un diseño un poquito más cuidado (un poquito, tampoco demasiado) y la publicidad fuera menos cutre sería una buena alternativa a Facebook. Lo malo es que Facebook no permite las alternativas.

Y ahora volvamos al inicio: si te fijas, sólo hay dos clientes alternativos a Facebook medianamente conocidos. Este Fast y Paper, que es del propio Facebook, y que ya comentamos que es un bellezón de app que sigue siendo una exclusiva de iOS y desde el market americano -y mira que ha llovido desde su lanzamiento-.

Hay otras redes sociales, como Google +, que no han liberado del todo su API (la API es lo que permite a los desarrolladores externos poder hacer apps o cosas usando el 'lenguaje' de la app original).

Quizá no te hayas dado cuenta porque seguramente no usarás Google +, pero no hay apps alternativas. De hecho, es común darse cuenta cuando, si eres usuario de servicios como Hootsuite, te instalas la app y descubres que no todas las redes sociales gestionables desde un ordenador de sobremesa aparecen ahí ¿Por qué esto es así? Porque Google quiere que el uso móvil de su red social pase a través de ellos mismos.

En Twitter, aunque es cierto que hay muchas apps alternativas, no es oro todo lo que reluce: existe una seria limitación relativa al tamaño de las actualizaciones por día. La mayoría de apps, en cuanto tienen cierto éxito, rebasan la cifra y tienen que elegir entre pagar o cerrar. Sólo las más fuertes encuentran rentabilidad en esto.

Así las cosas, no es que el cliente móvil de Facebook sea fantástico (bueno, Paper sí lo es, aunque no sea universal), o que el de G+ sea la leche. Sencillamente es que Twitter es menos restrictivo y por eso florecen apps a su alrededor.

En ese punto hay hasta historias de amor: seguramente el mejor cliente alternativo que Twitter y Facebook han tenido fue TweetDeck. Tan bueno era que Twitter lo acabó comprando, eliminando la gestión de otras redes sociales, y haciéndolo suyo.

Si otros han hecho mejor tu trabajo que tú, ¿por qué esconderlo? ¡Vivan las API!

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