EN EL REINO ANIMAL
10 cosas que no sabías sobre el sexo
Pese a nuestra creencia, no somos la especie más interesante en este aspecto. Y con mucha diferencia.
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En términos anatómicos, fisiológicos y culturales, nuestras costumbres sexuales son… aburridas o al menos convencionales, si las comparamos con las de otros animales. Sí, es cierto que hay datos interesantes: ellas tienen el doble de terminaciones nerviosas en el clítoris si las comparamos con las del pene. También descubrimos que tener un orgasmo puede despejar las fosas nasales, tanto como algunas medicinas, que hay hongos que pueden llevar al climax a mujeres con solo olerlo y que el aroma de las calabazas provoca excitación en algunos hombres.
Pero todo esto es un anticlimax al lado de los animales no humanos y sus costumbres y anatomías sexuales. Aquí 10 cosas que no sabías sobre el sexo animal
1) En el equilibrio está la sabiduría. Y lo mismo ocurre en el sexo. Si el celibato completo puede matar a las hembras de los hurones (aquellas que no copulan se enfrentan a una muerte muy dolorosa), a otros animales les pasa exactamente lo contrario. Un ejemplo es el antechinus, un pequeño roedor endémico de Australia que, literalmente, copula hasta la muerte. Después de más de 20 días de sesiones sexuales maratonianas (14 horas cada una), el cuerpo del antechinus empieza a decir basta. Aún así, con sus últimas fuerzas, el pequeño roedor reclama un último deseo. Aunque no llegue a completarlo.
2) Más de 1.500 especies animales muestran que la homosexualidad es habitual en la naturaleza. Y muchas de ellas son bisexuales, una conducta con propósitos evolutivos. Aunque lo correcto sería hablar de sexo natural: la homosexualidad o la bisexualidad, corresponden al genero humano. Para el resto de animales, es solo sexo.
3) Príapo, aquella deidad griega que exhibía un falo desmedido ha nombrado a la condición de mantener una erección durante mucho tiempo sin necesidad de tener… “apetito venéreo” por así decirlo. Pues Príapo podría haberse inspirado en los caimanes machos que pasan toda su vida con una erección. Cuando eyaculan y “liberan su carga”, el pene recupera su erección casi instantáneamente.
4) La mayoría de las babosas (esos gasterópodos hermafroditas cuya baba se usa para mejunjes embellecedores) se aparean en el suelo, pero la babosa leopardo tiene otras costumbres. Primero se dedica a los preliminares durante horas y luego, colgados de un árbol mediante una cuerda hecha de sus propias babas, ambos miembros de la pareja se dedican a lo suyo. Si se produce el caso de que los órganos sexuales se atascan, no hay problema: la hembra muerde el pene del macho un proceso llamado apofallación y sigue a lo suyo. El macho, por su parte, ha dejado de serlo y será, por siempre, hembra.
6) La cópula forzada es común entre las aves, particularmente en los patos. Para evitar o al menos intentar reducir estas prácticas, la evolución ha dotado a las hembras de una vagina en forma de sacacorchos que gira en espiral y lo hace en la dirección opuesta al miembro del pato. Si este intenta forzar la cópula, la hembra puede contraer las paredes de su tracto genital para indicar que no significa no.
7) Al igual que otros marsupiales, las canguros tienen tres vaginas: dos para llevar el esperma del macho (que a su vez tiene un pene de dos puntas) y una tercera vagina para dar a luz al pequeño marsupio. Por si esto fuera poco, las hembras también tienen dos úteros, lo que significa que podría dar a luz y seguir embarazada y así en un ciclo perenne de maternidad.
8) Las féminas de la familia de arañas saltarinas (saltícidos) no se andan con tonterías. Si el proceso de seducción y los preliminares no son de su entera satisfacción, ni se da la vuelta ni lo manda a paseo. Se lo come y a otra cosa o a otra araña mejor dicho.
9) Las chinches ya de por sí son desagradables y las vinculamos a enfermedades y costumbres que nos dan repelús. Y si a ello le sumamos sus hábitos sexuales… Decir que su cópula es violenta es quedarse corto. El macho “apuñala” a la hembra en su abdomen con un pene similar a una aguja hipodérmica e inyecta su esperma que viaja por el cuerpo de la hembra hasta encontrar los ovarios.
10) Los Lophiiformes son un orden de peces entre los que se incluye una especie muy apreciada en gastronomía: el rape. Suelen vivir en las fosas abisales y su estrategia de caza es la de mostrar un pequeño apéndice luminoso que, en aquella oscuridad completa, llama la atención y convoca a las presas. Un ejemplo claro es el que aparece en la película 'Buscando a Nemo'. O mejor dicho la que aparece en aquella película. Porque en estos animales, las hembras son mucho más grandes que los machos, hasta 10 veces. Cuando nacen los machos tienen solo dos cosas: un muy buen olfato y un sistema digestivo no desarrollado. El primero sirve para encontrar una hembra y el segundo se resuelve anclándose a ella, como un parásito, literalmente ya que a partir de ese momento vivirá de su sangre y a cambio le dará su esperma para reproducirse. Sí son monógamos de por vida… a la fuerza.
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