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10 síntomas tempranos y poco conocidos del Párkinson

Mucha gente conoce las señales de esta enfermedad en su estado avanzado, pero no todos saben cuáles son las alertas tempranas.

10 síntomas tempranos y poco conocidos del Párkinson

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El párkinson es una enfermedad neurológica y progresiva. No tiene cura, aunque sus síntomas pueden aliviarse con medicamentos.

Esta patología afecta al sistema nervioso. Los nervios no pueden controlar al cuerpo, por lo que la persona que la sufre, tiene temblor y movimientos involuntarios.

La gente suele asociar el párkinson con los temblores, la rigidez y los problemas para hablar, pero estos son síntomas que se manifiestan cuando ya la enfermedad está avanzada. Muy pocos, conocen las señales tempranas de esta patología.

Hay ligeras señales que pueden alertar sobre el párkinson. Una de estas es que la persona puede tener una expresión leve o nula, también es probable que sus brazos no se balanceen cuando se camina o incluso un hablar lento o incomprensible. Y lo cierto es que todos estos empeoran a medida que avanza la enfermedad.

Es por ello que te vamos a contar diez síntomas tempranos para ayudar a detectar esta enfermedad lo antes posible.

Problemas con el sueño

Según los expertos, los problemas nocturnos son bastante comunes en personas con párkinson. Es más probable que estas experimenten insomnio y otras alteraciones del sueño debido a síntomas como rigidez, dolor y síndrome de piernas inquietas. Por lo tanto, también es típico sentirse cansado y somnoliento durante el día.

Perder el sentido del olfato

Las personas con párkinson pueden notar que su sentido del olfato no es tan fuerte como solía ser o ha desaparecido por completo. Esto a veces puede comenzar años antes de que se desarrollen otros síntomas.

Letra más pequeña

Otro de los síntomas es que la escritura a mano se va haciendo cada vez más pequeña. Puede ser que sea más pequeña de lo que era antes o se vuelve más pequeña gradualmente en una página. Esto se debe a que los cambios en el cerebro pueden hacer que los movimientos se reduzcan o sean menos contundentes que antes.

Problemas en la vejiga o intestinos

Señales como la necesidad de ir al baño de inmediato o la necesidad de ir al baño con frecuencia durante la noche, son los síntomas de vejiga más comunes de las personas con parkinson.

Depresión

La depresión se puede caracterizar por sentimientos de tristeza extrema o una sensación de "vacío" emocional durante mucho tiempo. Esto puede surgir en personas con parkinson meses antes que cualquier otro síntoma.

Ansiedad

En las primeras etapas, sienten preocupación extrema o miedo, algo que puede aumentar al saber que tienen la enfermedad porque no saben cómo será su vida con este diagnóstico.

Entre los síntomas de ansiedad están: dificultad para concentrarse, sudoración, latidos fuertes, falta de aire, mareos, temblores, pavor, preocupación constante.

Fatiga

La fatiga afecta hasta a la mitad de las personas con párkinson. Se cree que es causada por cambios químicos en el cerebro, pero también puede estar relacionada con otros síntomas o características de la afección. Puede fluctuar dramáticamente día a día, por lo que alguien puede sentirse lleno de energía un día, pero estar hecho polvo al siguiente.

La fatiga también puede presentarse física y mentalmente, por lo que a algunas personas les resulta difícil concentrarse durante largos períodos sin descanso.

Acciones incontrolables

Un síntoma muy típico del párkinson es un temblor, un movimiento incontrolable que afecta una parte del cuerpo. Por lo general, esto comienza como temblores en la mano antes de extenderse al resto del brazo o al pie del mismo lado del cuerpo.

Movimiento lento

La lentitud de movimiento, también conocida como 'bradicinesia', puede significar que una persona con párkinson tarda más en hacer las cosas.

Por ejemplo, podría tener problemas con la coordinación, caminar puede convertirse en un movimiento solo de los pies o la velocidad al andar puede llegar a disminuir.

Las tareas cotidianas, como pagar artículos en una caja registradora o caminar hasta una parada de autobús, también pueden llevar más tiempo.

Rigidez, inflexibilidad y calambres

Hay rigidez en los músculos, inflexibilidad y calambres. A la persona le puede costar abrocharse un botón, escribir, amarrarse los cordones o levantarse de la cama.

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