Los aeropuertos tienen un efecto extraño en el comportamiento humano

Llegas a un aeropuerto y te puedes encontrar de todo: desde gente durmiendo en el suelo hasta intentando abrir las puertas del avión en pleno vuelo. Aunque esto último no suele ser tan común. Se tratan de comportamientos que igual, en nuestro día a día, no haríamos. Entonces, ¿por qué en un aeropuerto sí? Te lo contamos.

La clave, como recoge el medio The Conversation, está en la psicología. Muchos viajeros sienten que la aventura comienza en el aeropuerto, lo que les da un estado de ánimo diferente al habitual. Están ansiosos por comenzar sus vacaciones.

A otros, en cambio, les produce ansiedad viajar en avión, lo que puede hacer que actúen de forma extraña o que se refugien en el alcohol. El ruido y las multitudes de los aeropuertos tampoco ayudan. "Como ha demostrado el campo de la psicología ambiental, los seres humanos somos muy sensibles a nuestro entorno inmediato y podemos vernos fácilmente "sobrecargados" por factores estresantes como las multitudes y el ruido", explican los expertos en el artículo.

Además, los aeropuertos también pueden considerarse lugares estrechos. Este concepto viene de la cultura celta y lo utilizaban para referirse a bosques o arboledas sagradas, donde el velo entre el mundo material y el espiritual es delgado. En los lugares estrechos, nos encontramos entre dos reinos, ni completamente en un lugar ni en otro.

En los aeropuertos los límites se difuminan, las fronteras nacionales se disuelven... Una vez que pasamos por el control de seguridad, entramos en tierra de nadie, entre países, y el concepto de lugar se vuelve difuso.

Lo mismo ocurre con el tiempo. Cuando estamos punto de subirnos a un avión, nos encontramos entre dos zonas horarias, a punto de saltar hacia adelante en el tiempo o incluso de regresar al pasado.

Por último, en los aeropuertos nadie vive el presente. La atención de todos se centra en el futuro, en sus vuelos y en las aventuras que les esperan cuando lleguen a su destino.

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