SE CONVERTIRÁ EN UNA NEBULOSA PLANETARIA
Así morirá el Sol
El Sol, cuando llegue a sus tiempos finales, se hinchará para transformarse en una gigante roja donde sus capas más externas se escindirán, envolviendo a la estrella moribunda, transformada ahora en una estrella enana blanca.
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Como ya sabemos por las supernovas, si una estrella tiene una masa de ocho veces superior a la del Sol, su final será en forma de estallido ¿Qué sucede entonces cuando muere una estrella cuya masa es inferior a ocho veces la del Sol?
Lo que os contaré a continuación serán los últimos episodios de ese tipo de estrellas y por ende, los últimos estadios de la vida de nuestro Sol. Su final será en forma de nebulosa planetaria, nombre que induce a error debido a que en el siglo XVIII, cuando se descubrieron estos objetos, se podían confundir con planetas gigantes gaseosos a ojos de los telescopios más avanzados de la época.
Al igual que en el caso de las supernovas, las estrellas que terminan como nebulosa planetaria también pasan por la fase de gigante roja, pero en este caso, la estrella no logra fusionar átomos para dar elementos más pesados que el calcio. Ocurre también que las capas más externas se desligan de la estrella, envolviéndola.
Estas capas más externas desprendidas se van alejando debido a pulsaciones y al viento estelar de la estrella residual, transformada ahora en enana blanca. Su núcleo se encuentra a una temperatura muy elevada y es una gran fuente emisora de rayos UV, ionizando su entorno más cercano.
La morfología de las nebulosas planetarias depende de varios factores. El doctor en Astrofísica y experto en nebulosas planetarias Luis Cuesta-Crespo explica que "dependiendo de cómo sea el medio en el que se expande el material expulsado por la estrella, la forma de la envoltura puede ser simétrica o no".
La interacción entre los distintos vientos estelares puede dar lugar a formas muy curiosas. La nebulosa planetaria NGC 6543 llamada "Ojo de Gato" posee un interior con dos lóbulos, llamada técnicamente nebulosa planetaria bipolar, con envolturas más o menos circulares y un exterior bastante irregular. "Esto puede ser debido a que el material está muy diluido y demasiado lejos de la estrella para ser empujado por la presión de radiación de manera homogénea", explica Cuesta-Crespo.
Tal vez la más famosa de estas nebulosas planetarias es el objeto Messier 57 conocida como "Nebulosa del Anillo", una nebulosa redonda a simple vista, simétrica, pero Cuesta-Crespo nos explica que no es lo que parece: "Se piensa que es una nebulosa de tipo bipolar similar a un reloj de arena visto desde arriba".
Aunque en menor medida que las supernovas, las nebulosas planetarias también enriquecen el medio interestelar con elementos pesados. Además, aportan una gran cantidad de carbono o nitrógeno, elementos químicos fundamentales para la vida.
Por lo tanto el Sol, en sus últimos momentos, se transformará en una gigante roja para después desprenderse de sus capas externas, envolviendo a la estrella enana blanca moribunda. La forma que adquiera ya dependerá del viento estelar y del entorno más cercano.
Cuando lleguen estos momentos ya no nos tendremos que preocupar. Sucederá dentro de unos 5.000 millones de años y para esos momentos, el ser humano se habrá extinguido, junto con el resto de la vida sobre el planeta. Para entonces, seguramente la vida estará prosperando en otros lugares del universo.
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