El asteroide interestelar Oumuamua, ¿cubierto por una capa orgánica?

Hace unas semanas fuimos visitados por un asteroide cuya procedencia se sitúa fuera de nuestro sistema solar. Lo han llamado ‘Oumuamua, el primer visitante en lengua hawaiana. Es, por tanto, un cuerpo interestelar.

Analizando su trayectoria parece proceder de la constelación de Lira y todo apunta a que lleva viajando varios cientos de miles de años. Incluso puede que millones de años.

Además de su trayectoria, también se analizó su superficie. Todo apuntaba a que tendría un tono rojizo. Análisis más profundos que han sido publicados en Nature Astronomy dan a conocer la naturaleza orgánica que recubre este objeto.

Ahora bien, ¿de dónde procede la capa orgánica de ‘Oumuamua? En primer lugar, no deben confundir capa orgánica con capa biológica. Que sea orgánica indica que está formada por moléculas que contienen al menos un átomo de carbono enlazando otros átomos por un enlace covalente.

El origen de esta capa podemos situarlo en la radiación cósmica. Debido al tiempo que ha estado viajando el objeto, su exposición a estos rayos ha sido extremadamente elevada. La radiación interactúa con la superficie volatilizando los compuestos más susceptibles, que suelen ser hielos.

La paulatina desaparición de estos hielos dejó al descubierto una capa de compuestos orgánicos. Estos compuestos del carbono son los que dan el tono rojizo a ‘Oumuamua. Bajo esta capa protectora puede que haya reservorios de hielo que todavía no han sido afectados por la radiación, pero es algo que todavía no sabemos.

Lo que sí sabemos es que la forma del objeto es cilíndrica. Algo similar a un puro. Sin embargo, este estudio nos dice que su forma inicial no era esa. La erosión ha provocado que de una forma típica, o forma más convencional, el asteroide ha ido adquiriendo este aspecto.

Ajeno a este estudio, hubo propuestas para investigar si se trataba de una nave espacial procedente de otro sistema solar. Hicieron varios análisis para encontrar algún patrón de comunicación. Y como podrán concluir, ni rastro de hombrecillos verdes. Era de esperar.