LA NASA PREMIA TRES DISEÑOS DE TRAJE PARA QUE DEFEQUEN LOS ASTRONAUTAS
Un cirujano resuelve el problema de la NASA de cómo hacer caca en el espacio
Así funcionarían los trajes del futuro para que los astronautas puedan defecar de manera limpia en las misiones espaciales. La NASA dio a conocer a los tres ganadores del reto de cómo hacer caca en el espacio. Un cirujano es el flamante vencedor del Space Poop Challenge.
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La NASA ya tiene los tres posibles trajes con los que los astronautas podrán resolver un problema clave a la hora de pasar largas temporadas en el espacio: hacer caca.
Casi 20.000 personas de todo el mundo enviaron 5.000 propuestas para ganar el reto de hacer caca en el espacio Space Poop Challenge, dotado con 30.000 dólares en premios.
Thatcher Cardon, oficial de la fuerza aérea, médico y cirujano, ha sido el flamante ganador (15.000 dólares). Su traje se inspira en las técnicas quirúrgicas poco invasivas como la laparoscopia o artroscopia que permiten operar a través de un orificio muy pequeño.
Su idea para evacuar las heces replica la misma técnica que se utiliza para reemplazar las válvulas cardíacas a través de catéteres en una arteria. Su diseño consiste en un pequeño compartimiento hermético que se adosa a la zona de la entrepierna, junto con otros elementos higiénicos como pañales o una bacinilla inflable que se insertan a través de un agujero pequeño.
El segundo (10.000 dólares) y tercer premio (5.000 dólares) fueron para un equipo formado por un médico, un ingeniero y una dentista, y para un diseñador británico. En ambos casos, apostaron por un sistema que expulsaba con el aire del movimiento del cuerpo la caca al exterior o bien un sistema que sella y desinfecta en una bolsa los excrementos, pero dentro del traje.
Con estos tres diseños y sus propias ideas, la NASA comenzará a trabajar en prototipos para que los astronautas de la Estación Espacial Internacional puedan probarlos en el plazo de un año.
LA CACA, UN GRAVE PROBLEMA
El problema de la caca en el espacio representaba uno de los muchos inconvenientes para las misiones espaciales, sobre todo, en aquellos momentos en los cuales los astronautas están largos periodos de tiempo sin poder ir al retrete.
La NASA buscaba un sistema que absorbiera los residuos personalizados, sin necesidad de que el astronauta los gestione con sus manos y que fuera higiénicamente viable al menos por un periodo de seis días.
La alternativa única de un pañal es una solución temporal, poco higiénica, dado que protege poco más de 24 horas. No en vano, los astronautas deben esperar mucho más tiempo para poder hacer caca durante determinados momentos de las misiones espaciales.
Por ejemplo, un lanzamiento de la nave rusa Soyuz desde Kazajstán envió a la Estación Espacial Internacional a dos hombres y una mujer astronautas que tardaron dos días en culminar la misión.
La nave Soyuz está equipada con un baño portátil, que se parece a una jarra de orina accionada por aire, pero los tres viajeros espaciales no pudieron en esas 48 horas desprenderse del traje para miccionar o defecar. Además, el problema de la caca surgirá no solo en esos viajes cortos, sino en las largas misiones espaciales previstas.
¿Cómo harán caca o pis los astronautas en medio de las mil situaciones que se podrían dar en un viaje al espacio profundo en busca de un asteroide o en periplo hacia Marte?
En estos casos, la NASA estima que la tripulación podría estar hasta 144 horas o seis días sin poder acudir al inodoro de la nave.
O se pueden dar situaciones extremas en las que requieran vestir los trajes espaciales presurizados, con cascos y guantes que les impida hacer sus necesidades.
Por eso, la agencia espacial demandaba el invento perfecto para limpiar el pis, las cacas o incluso la sangre menstrual, que ahora tiene tres posibilidades, a tenor de los ganadores del Space Poop Challenge.
Estos tres diseños, más los que desarrolle la NASA, al final tienen como objetivo que los astronautas no corran riesgos de infección durante misiones, teniendo en cuenta que los residuos sólidos flotan y los líquidos se adhieren a cualquier superficie en condiciones de gravedad cero.
Actualmente, la Estación Espacial Internacional tiene un váter que ayuda a evacuar la materia fecal. Y, para orinar, los astronautas usan un embudo conectado a un tubo flexible, que usan o bien de pie o sentados.
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