EL MÁS ARCAICO REGISTRO DE UN ECLIPSE
Cuando la Biblia hace de libro de ciencia y ayuda con los fenómenos astronómicos
El Antiguo Testamento contiene el más arcaico registro de un eclipse que se ha podido verificar hasta la fecha.
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"Entonces Josué habló a Jehová el día en que Johová entregó el amorreo ante los hijos de Israel y, en presencia de todos los israelitas, dijo:
'Sol, detente en Gabaón;
y tú, oh, Luna, en el valle de Ajalón'.
Y el Sol se detuvo y la Luna se paró
hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos".
Este párrafo, en el que Dios paraliza el sol y la luna por boca de Josué, pertenece al Antiguo Testamento (Josué 10:12). Durante años, sin embargo, muchos estudiosos de la Biblia han sostenido que esta traducción no es del todo correcta. El texto original, en hebreo, no parece dar a entender tanto que el Sol y la Luna 'se detengan' como que 'se apaguen'. Algo que podría asemejarse a lo que hoy llamamos eclipse.
Este año, un grupo de astrónomos de la Universidad de Cambridge, atraídos por el misterioso párrafo, decidieron investigar al respecto. El resultado de sus pesquisas, publicado el mes pasado en 'News & Review in Astronomy & Geophysics', confirma que, en efecto, el libro de Josué contiene una verdad científica y también histórica. Más aún: todo hace indicar que esos versículos constituyen el primer registro de un eclipse o, al menos, el más antiguo que se ha podido confirmar hasta la fecha.
Ocurrió en el año 1207 antes de Cristo, mientras los israelitas luchaban contra las tropas de Canaán (hoy Siria y Jordania). Para averiguarlo los investigadores cruzaron la fuente bíblica con una tabla egipcia, la estela de Marenptah, donde se menciona esa misma batalla. Según la estela, la contienda tuvo lugar en algún momento durante los cinco primeros años de reinado del emperador Marenptah, que según sabemos accedió al poder en torno al 1213 antes de Cristo.
La fecha propuesta por la Biblia, por tanto, parecía aproximadamente correcta. Y, tras realizar una serie de cálculos, los astrónomos descubrieron que el 30 de octubre de 1207 antes de Cristo pudo verse un eclipse desde los actuales Oriente Próximo y Oriente Medio.
Se trató de un eclipse anular, un fenómeno por el cual la Luna pasa delante del Sol cuando nuestro satélite se encuentra más lejos de la Tierra. Esto se debe a que la órbita de la Luna es elíptica, por lo que su distancia con respecto a nuestro planeta varía ligeramente. Cuando la Luna, en esta posición lejana, se interpone delante del Sol, no llega a taparlo del todo, dejando a la vista una especie de anillo de fuego. "Y el Sol se detuvo y la Luna se paró".
Esto, más allá de la curiosidad histórica, puede servir para diversos propósitos. Por una parte, ayudará a los historiadores a datar con mayor precisión ciertos eventos del antiguo Egipto. Por otra, podrá usarse para calcular mejor la ralentización que la rotación de la Tierra está experimentando fruto de la atracción gravitatoria de la Luna.
Quienes, por lo pronto, ya han encontrado una utilidad al estudio son los creacionistas de Estados Unidos. Para ellos, es otra prueba más de que la Biblia debe ser interpretada literalmente.
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