LOS ASTRÓNOMOS FECHAN LA MUERTE DE DOS EXOPLANETAS
Una estrella caníbal se merendará dos planetas en un doble apocalipsis cósmico
El fin del mundo sucede así. Una estrella roja, de cuatro veces el tamaño de nuestro Sol, se agigantará hasta engullir a los dos planetas hermanos que orbitan a su alrededor.
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Dos mundos lejanos sufrirán un doble apocalipsis. Acontecerá así. Antes de ser devorados totalmente por su sol, notarán un calentamiento brutal en sus atmósferas. Comenzarán a hervir y se deformarán como un huevo, debido a las mareas estelares de su verdugo, su estrella caníbal gigante.
No es superchería, sino ciencia. Porque es lo que han vaticinado los científicos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian. La estrella distante es Kepler-56 y los dos planetas hermanos sentenciados a muerte son Kepler-56b y Kepler-56c.
El fin del mundo para ambos está previsto para dentro de 130 y 155 millones de años, “un periodo astronómico” bastante breve, según los expertos.
"Hasta donde sabemos, esta es la primera vez que dos exoplanetas conocidos en un solo sistema solar tienen fijada su ‘fecha de defunción’", explica en un comunicado Gongjie Li, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (CfA).
El descubrimiento de estos científicos se podría extrapolar a lo que sucederá dentro de millones de años en nuestro sistema solar.
“En unos cinco mil millones años, nuestro Sol se convertirá en una estrella gigante roja, que se hincharía hasta lograr inmensas proporciones y engullir a Mercurio y Venus, sus dos planetas más cercanos”, añade la nota resumen de la investigación.
Todo hace presuponer que seríamos la misma dieta que la de la estrella Kepler-56. Este lejano sol, a medida que envejece, continúa expandiéndose hacia el exterior. Lo importante, sin embargo, no será su tamaño, sino que las mareas solares serán cada vez más potentes y, como si fuera un imán, el sol acabaría merendándose a los dos planetas más cercanos
Kepler-56b orbita en torno a su estrella anfitriona una vez cada 10,5 días, mientras que un año en Kepler-56c serían 21,4 días terrestres. Ambos están mucho más cerca de su estrella que Mercurio lo está de nuestro Sol. Como resultado, se verán abocados a la muerte mucho antes.
El único sobreviviente en ese lejano sistema solar será Kepler-56d, un planeta gigante gaseoso, que mantendrá una distancia de seguridad respecto a su sol, lo suficiente como para observar como sus dos mundos hermanos desaparecen devorados por Kepler-56.
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