El jueves se abre sobre nuestras cabezas el cielo más oscuro para ver estrellas

Septiembre. Ese mes de transición entre el verano y el otoño. Un mes donde el ritmo normal del hemisferio norte comienza tras el parón veraniego.

Cuando miramos al cielo nocturno durante este mes, destaca principalmente la elevada posición que adquiere la Vía Láctea, donde, por cuestiones de perspectiva, podemos ver alguno de los brazos de nuestra propia galaxia.

En este mes, y en lo más alto de la bóveda celeste, podemos leer una bonita historia mitológica en forma de constelaciones. Podemos observar a Cefeo y a su esposa Casiopea, reyes de la actual Etiopía. De este matrimonio surgió una hija, Andrómeda. Ella era sumamente presumida, tanto que enfureció al dios de los océanos. Para evitar la furia del dios, Andrómeda fue encadenada y ofrecida en sacrificio a Cetus, el monstruo marino.

Entonces, Perseo salió en busca de Medusa para cortarle la cabeza y con ella convertir en piedra al monstruo. Pegaso, el caballo alado, le ayudó a conseguirlo, rescatando así a Andrómeda.

Dejando atrás la mitología y las estrellas, nos centramos en objetos más cercanos: los planetas visibles a simple vista. Para empezar, Mercurio no es visible este mes, pero el planeta Venus destaca al anochecer sobre el horizonte suroeste; su brillo azul pálido lo hace inconfundible.

Marte también es visible hacia el final de la noche hacia el Este. No brilla tanto como Venus, pero su color rojo también lo hace fácil de detectar.

Los dos gigantes de nuestro sistema solar también serán visibles. Júpiter se podrá observar en la segunda mitad de la noche hacia el Este. Destaca por su brillo y su color naranja. Y Saturno, el planeta anillado más famoso, será más esquivo. Se mostrará al anochecer hacia el horizonte oeste muy cerca de Venus.

En cuanto a lluvias de meteoros, septiembre es un mes bastante pobre. No obstante, nunca está de más levantar la vista al cielo, porque, en cualquier momento, una estrella fugaz puede aparecer de cualquier lugar del firmamento y dejarnos un bonito recuerdo.

Para los aficionados a la Luna, estará llena el 19 de septiembre. Pero si queréis ver el cielo más oscuro del mes, será el 5 de septiembre, cuando la Luna esté en fase de Nueva; de este modo, su luz no contaminará el cielo dando rienda suelta a nuestra visión para ver objetos que de otro modo pasarían inadvertidos.

Por supuesto, esto sucederá si nosotros también ponemos de nuestra parte alejándonos de núcleos urbanos. Y si las nubes no impiden la visión.

Como curiosidad, el 22 de septiembre a las 22:44 el Sol pasará por el punto equinoccial. El fin del verano dará la bienvenida al otoño.