TECNOLOGÍA ESPAÑOLA EN EL ROBOT CURIOSITY
Llevamos dos años en Marte con tecnología "made in Spain"
Ya hace más de dos años que el rover Curiosity comenzó su viaje, concretamente el 26 de noviembre de 2011. Pasados algo más de ocho meses y 500 millones de Km, llegó a Marte. Aterrizó en el lugar previsto, el cráter Gale, en el momento adecuado, las 07:31 del 6 de agosto de 2012, tras vivir los famosos “siete minutos de terror” del aterrizaje.
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A bordo del rover Curiosity está el instrumento REMS (Rover Environmental Monitoring Station), un instrumento “Made in Spain”. REMS es una estación medioambiental con capacidad de medir parámetros como temperatura de aire y suelo, velocidad y sentido del viento, humedad relativa y radiación UV procedente del Sol.
El diseño y desarrollo del instrumento duró varios años y España contó con la colaboración del instituto meteorológico finlandés. Mención especial al Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), que fue donde se gestó el proyecto de REMS abriendo el camino de la ciencia española en Marte.
¿Es Marte habitable? Con las medidas que proporcione REMS se podrá ver hasta qué punto Marte es habitable bajo condiciones de vida tal y como la conocemos en la Tierra. Y no hablamos de vida para los humanos, sino para unos microorganismos llamados extremófilos: seres vivos terrestres que viven en condiciones extremas. ¿Alguno de estos extremófilos podrían sobrevivir en el planeta rojo? Los resultados que vaya proporcionando el rover irán revelando la respuesta a esta pregunta.
Los datos que está proporcionando la estación medioambiental española poseen una precisión que no se había alcanzado antes en otro planeta. Alguno de los datos que proporciona son accesibles al público a través de esta página. Además, desde esa página también tendréis acceso a una aplicación móvil tanto para Android como para iOS donde podréis ver la meteorología marciana día a día.
Aclarar que ni REMS en particular ni Curiosity en general están buscando marcianos. Su objetivo no es buscar vida. Ese es un objetivo mucho más ambicioso. Tenemos la tecnología en la Tierra, pero todavía no está preparada para ser embarcada en una misión espacial. Pero año tras año la tecnología avanza a pasos agigantados y cada vez está más cerca el poder embarcarla.
Y, si además, en un futuro planeamos enviar una misión tripulada, habrá que saber con gran exactitud cuáles son las características del clima marciano: amplitud térmica y temperatura mínima, variaciones de la presión atmosférica, radiación...
¿Por qué? Los trajes que utilicen los astronautas deberán estar diseñados a la medida de las condiciones climáticas marcianas para mantener la integridad del astronauta. REMS proporcionará gran parte de esos datos.
Curiosity no es solo REMS. Una decena de instrumentos están embarcados en el rover con el objetivo de analizar el pasado y presente de Marte a nivel de habitabilidad. Ahora se encuentra viajando hacia su destino final: el monte Sharp. Allí analizará los estratos donde se podrá leer la historia pasada de Marte.
Pero, si en Marte hay marcianos, está claro que no están en la superficie. Allí no hay vida, al menos tal y como la conocemos en nuestro planeta. De haberla estaría en el subsuelo. Pero no basta con rascar la superficie.
Hay que llegar más profundo. Curiosity no puede hacer eso. De esa tarea se encargará el futuro rover de la ESA: ExoMars.
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