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UNA AYUDA A RESOLVER LA FORMACIÓN DEL SISTEMA SOLAR

Manx, el cometa sin cola que guarda el secreto de nuestro origen

Tras detectar un cometa sin cola, grandes telescopios lo han examinado para determinar que no se trata de un cometa como tal, sino de un fragmento rocoso procedente de la época en la que el sistema solar estaba en formación.

Representación artística del cometa C/2014 S3 (PANSTARRS).

Representación artística del cometa C/2014 S3 (PANSTARRS). ESO/M. Kornmesser.

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Seguro que os suena esta historia: unos arqueólogos encuentran un mamut congelado desde hace varios milenios y como los tejidos del animal están prácticamente incorruptos, los científicos obtienen muestras para estudiarlo. Esto es lo que ha sucedido con un objeto descubierto por el sistema de detección de cometas Pan-STARRS1, pero a escala estelar.

Pero empecemos por el principio.

Hace unos 4.500 millones de años, los planetesimales estaban agrupándose para formar los planetas rocosos de nuestro sistema solar. Mienetras chocaban, unos se destruían a sí mismos mientras que otros se agrupaban formando fragmentos más grandes. De esos choques surgieron más tarde los planetas Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.

Pero, debido a un tirón gravitatorio, uno de estos planetesimales fue desterrado en un larguísimo viaje hasta un lugar muy lejano: la nube de Oort.

Finalmente llegó a aquel lugar dominado por bolas de nieve sucia y un frío aterrador: -268º C según los cálculos estimados. Una vez allí el fragmento comenzó a orbitar alrededor del Sol durante varios miles de millones de años y, de vez en cuando, veía cómo alguna de estas bolas de nieve sucia se apartaba de la órbita e iniciaba un viaje hacia el Sol. Esta bola, miles de años después, se podría apreciar desde la Tierra en forma de cometa.

Y un buen día le llegó el turno a este fragmento, que inició un viaje hacia el Sol. La diferencia es que, como era rocoso, no podía producir la cola que generaban sus antiguos vecinos. A pesar de todo fue detectado en 2014 y llamado C/2014 S3 (PANSTARRS). A medida que se iba aproximando, los científicos apreciaron su extraña característica: no tenía la característica cola de los cometas.

Tras ser observado y espectrografiado por los grandes telescopios VLT y CFHT, Karen J. Meech, la líder del equipo de científicos y autora principal del artícul en el que se expone la investigación, lo tuvo bastante claro: “Éste es el primer asteroide sin alterar que hemos podido observar porque se ha conservado en el mejor congelador que hay: la nube de Oort”, explica.

Por eso su hallazgo supone una gran oportunidad para examinar cómo eran los planetesimales que dieron lugar a los planetas. Tenemos a uno de ellos y está sin alterar, así que se podrá conocer todavía mejor cómo se formaron los planetas como la Tierra.

Y como curiosidad, a este fragmento se le ha denominado cometa Manx. ¿Por qué? Porque hay una raza de gatos de origen británico cuyos miembros, por una mutación genética, no tienen cola.

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