UN MUNDO HELADO
Más cerca de encontrar vida: la NASA confirma que el sistema TRAPPIST es estable
Tras realizar un análisis exhaustivo con el telescopio espacial Kepler, un equipo de astrónomos ha averiguado que TRAPPIST-1h tarda 19 días terrestres en completar una órbita. Y que es un sistema estable.
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En febrero de este año saltaba la gran noticia: el descubrimiento de un sistema con al menos siete planetas, tres de ellos habitables. El sistema TRAPPIST-1, ¿recuerdan?. Todos los planetas estaban bastante bien caracterizados excepto el último, el más externo, aquél llamado TRAPPIST-1h.
Por su posición, se le considera demasiado frío como para albergar vida en superficie tal y como la conocemos -se trataría de un planeta helado-, aunque eso no lo descarta directamente porque ya sabemos el potencial que tienen estos cuerpos tras los últimos descubrimientos en Encélado y Europa. La cuestión es que de ese último planeta se sabía poco, pero lo que se conoce ahora da aún mejores noticias: es un sistema estable.
Para entrar en contexto deben saber que los seis planetas restantes del sistema estaban en “resonancia orbital”, lo que quiere decir que sus órbitas están relacionadas por un par de números enteros, tirando unos de otros, aportando estabilidad al sistema. Por si esto les suena a 'klingon', un ejemplo: es algo similar a lo que ocurre con las lunas de Júpiter Ío, Europa y Ganímedes, que por cada vuelta que da Ganímedes (resonancia 1:1), Europa da dos órbitas (resonancia 2:1) e Ío completa cuatro (resonancia 4:1).
De vuelta a TRAPPIST-1, la resonancia conocida entre los seis planetas restantes instaron a los científicos a proponer seis posibles resonancias para TRAPPIST-1h. Descartaron cinco de ellas, pero la sexta fue confirmada gracias a observaciones del telescopio espacial Kepler de la NASA. "Es emocionante lo que estamos aprendiendo sobre el planeta h, del que apenas teníamos información hasta ahora", dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado del Science Mission Directorate de la NASA.
Estas resonancias apuntan hacia una gran estabilidad al sistema. Esto quiere decir que si algo perturba algún planeta alterando su período, con el paso del tiempo volverá a estabilizarse para entrar en resonancia. "La estructura resonante no es coincidencia y apunta a una interesante historia dinámica. Esto hace que el sistema sea un gran banco de pruebas para las teorías de formación de planetas", afirma Rodrigo Luger, estudiante de doctorado en la Universidad de Washington y autor principal del artículo que expone la investigación.
Esto es una muy buena noticia porque asegura la posición de los planetas en sus órbitas. Y recuerden: hay tres planetas en la zona habitable. Y estas siete resonancias aseguran que seguirán estando ahí durante mucho, mucho tiempo.
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